Los militares debían detectar a posibles incendiarios y evitar la propagación de las llamas
22 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Los militares habían pisado la comarca con anterioridad, para participar en los trabajos de extinción de grandes incendios, pero hace ocho años se unían a las tareas de prevención por vez primera. Tres patrullas del ejército desembarcaban a estas alturas del 2005 en la sierra de Barbanza con el fin de controlar una zona de 600 kilómetros cuadrados de extensión. Entre sus cometidos estaba detectar a posibles incendiarios y conseguir llegar a las zonas en llamas en el menor tiempo posible, para evitar su propagación.
Desde entonces, los militares regresan cada verano a la comarca para evitar que el fuego arrase los montes. Trabajan en colaboración con otros medios, puesto que su misión principal es la vigilancia. Para ello, cuentan con material apropiado, desde vehículos especiales para zonas de difícil acceso hasta visores nocturnos.