Una mañana con tu héroe y la canasta

antón parada RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

ANTÓN PARADA

El jugador profesional de baloncesto en la liga ACB Pepe Pozas visitó a los pequeños del Campus Obradoiro en Boiro

29 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En el interior del pabellón deportivo del colegio boirense y sede del Club Baloncesto Santa Baia la banda sonora la están poniendo los sonidos del balón rebotando sobre el tablero y el parqué, acompañado de la fricción de las zapatillas deportivas de unos pequeños que corretean y lanzan tiros libres. Nada raro en el marco de una nueva jornada del Campus Obradoiro, solo que sus mismos alumnos ríen nerviosos como quien aguarda para conocer a su héroe. Una pista, su ídolo sabe de bandejas más que un camarero y se harta a encestar sin haber tocado mimbre.

Esta es la carta de presentación de la bella escena vivida el miércoles durante este campus que cuenta con el patrocinio de la firma Jealsa Rianxeira y en el que decenas de pequeños pudieron preguntarle al capitán del Obradoiro, Pepe Pozas, por cómo se convirtió en el reputado deportista que es hoy en día, aunque no faltó interés por las curiosidades de su vida diaria. Tras la suerte de ronda relámpago de preguntas, los chicos tuvieron el privilegio de jugar un rato con él.

«¿Cuándo te vas a retirar del Obra?», disparó a bocajarro el primer chiquillo, cual rueda de prensa deportiva. «Con treinta y muchos... o eso espero», contestó Pozas sonriendo. «Dos preguntas», pedía una niña con el brazo levantado y muy seria para espetar: «¿Qué es lo que te gusta comer y... vas a comer con nosotros?». Y ante el silencio y la tensión, el malagueño la cuela de triple: «Si es comida gallega me gusta todo».

Autógrafos y juegos

Algunos de los chicos aprovecharon su turno para levantarse y darle algún regalo a Pepe Pozas, como una joven que le entregó la clásica cinta que se usa de colgante para las acreditaciones y que él se puso inmediatamente. Tampoco faltó quien quiso llevarse la codiciada firma del segundo jugador que lleva más partidos disputados con el club compostelano. Es más, uno de los alumnos del campus le mostró la camiseta con su dorsal, a lo que el profesional de 26 años le respondió con un gesto de gratitud.

Antes de despedirse, Pozas les propuso un divertido ejercicio a los pequeños, que consistió en que imitasen sus movimientos, para hacerles caer en una trampa de aprendizaje y que así se quedasen con el movimiento de balón en manos de un profesional.

Asimismo, esta no fue la única parada del jugador del Monbus Obradoiro en Boiro, puesto que después se trasladó al pabellón de A Cachada, donde se encontraban esperándole los jóvenes del campus de las categorías infantil, cadete y júnior; con más preguntas preparadas. No obstante, el segundo grupo se centró en cuestiones más técnicas, como su futuro deportivo o qué cree que se debe tener para intentar llegar a convertirse en profesional o ser un buen capitán. Pepe Pozas los arengó a esforzarse, a luchar por sus sueños y les deseó la mejor suerte.

La familia

«Cuando era pequeño e iba a los campus, me hacía ilusión que nos visitasen los jugadores a los que seguía y que compartiesen un rato», desveló el base para precisar que «en verano visito varios campus, pero a este le pongo un poquito más de cariño si cabe porque son niños que nos siguen todo el año». Y casi con el tono de voz de quien cuenta un secreto, Pozas sentenció: «Siempre decimos que el Obra es una familia y esto nos hace más familia».

OBRADOIRO