Una selva de cables y vegetación en el casco urbano ribeirense

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

La vía tiene un pavimento renovado, pero varias casas en estado ruinoso están llenas de maleza, lo que genera protestas

20 jun 2018 . Actualizado a las 13:13 h.

Enclavada en la que se considera una de las zonas más antiguas de la ciudad, la calle Manzanares discurre, por el interior, paralela a la zona de O Touro. Posee un montón de viviendas unifamiliares, algunas de las cuales han sido reformadas y evidencian la preocupación de sus propietarios por los pequeños detalles, lo que contribuye a mejorar el aspecto general de la vía. Sin embargo, varios elementos empañan la imagen de un acceso enclavado en el casco urbano de la ciudad.

Uno de los aspectos que genera quejas entre diversos vecinos es el hecho de que la vegetación que brota sin freno de varias de las construcciones de piedra parcialmente derruidas amenaza con invadirlo todo. De hecho, en un par de puntos se observa que las hojas cubren ya las paredes medianeras de los inmuebles colindantes y avanzan por la cubierta. Si no se pone freno, acabarán envolviendo las casas.

En uno de los casos, incluso, una farola del alumbrado público está completamente colonizada por el manto verde. Solamente un reducido hueco que se mantiene a salvo permite vislumbrar que allí hay una bombilla.

Los residentes dicen que ya no se trata solo de los problemas que ocasionan estas invasivas plantas trepadoras, sino que la falta de limpieza en esas edificaciones ruinosas constituye un foco de infección que da cobijo a todo tipo de animales.

Tramitación municipal

Fuentes municipales indicaron que se efectúan requerimientos a los titulares para que mantengan la propiedad en las adecuadas condiciones, pero que se trata de un proceso administrativamente largo.

Otro aspecto que tampoco pasa desapercibido, y así lo indican también distintos ciudadanos, es el cableado aéreo. Además de extenderse de un extremo a otro del vial, en varios puntos se forma una auténtica telaraña, tanto en los postes que se reparten a lo largo de la calle como en las fachadas de algunas viviendas, que tienen un enorme amasijo. A todo ello se suma que en algún tramo hay empalmes que invitan a la desconfianza.

El pavimento de la vía Manzanares fue reformado recientemente y las losetas presentan, en líneas generales, buen aspecto, aunque no debe descuidarse su mantenimiento.

La calle no se libra de los actos vandálicos, ni de la falta de civismo de quienes acuden a ella para disfrutar de la marcha nocturna. En el suelo, frente a un establecimiento hostelero allí ubicado, se observan trozos de cristales. Además, en las repisas de varias ventanas y en los muros de algunas viviendas pueden verse vasos de plástico que todavía contienen bebida.

Las pintadas en inmuebles vacíos constituyen otro aspecto negativo que debe resaltarse.