Intensa fue la lucha que en el pasado protagonizaron los vecinos del núcleo pobrense de A Ribeiriña. Se quejaban de los malos olores que desprendía la fábrica de harina de pescado ubicada en el lugar. A estas alturas del 2001, se encontraban en pie de guerra, llegando incluso a protagonizar una manifestación. Y es que la empresa se había comprometido a solucionar el tema de los hedores, al tiempo que había anunciado que construiría un nuevo acceso para evitar el constante paso de camiones por la zona de casas, pero había hecho muy poco al respecto.
Ya en agosto del 2000, los mismos vecinos habían bloqueado el paso de camiones como medida desesperada. Empezaron a ver la luz en mayo del 2002, cuando la empresa Hadasa paralizó temporalmente la producción debido a la presentación de un expediente de regulación de empleo. Aunque la fábrica recuperó la actividad y regresaron también las protestas, en junio del 2003 echó el cierre.