Los concellos, a un año del examen electoral

BARBANZA

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El mandato municipal entra en su recta final y quedan asignaturas pendientes, como la aprobación de planeamientos urbanísticos o la materialización de polígonos

27 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A partir de hoy faltará exactamente un año para que los ciudadanos de la comarca regresen a los colegios electorales para renovar, o no, su confianza en quienes han llevado el bastón de mando en las corporaciones locales. Será el examen de los ayuntamientos, varios de los cuales tendrán que apurar mucho si quieren ver cumplidos algunos de sus compromisos, porque aunque muchas propuestas se han visto materializadas, todavía quedan asignaturas pendientes.

Cuatro concellos, Carnota, Noia, Rianxo y Mazaricos continúan sin tener el PXOM aprobado, pese a que en todos los casos constituía una de las prioridades. En Noia, el regidor, Santiago Freire, indica que la parte que compete a la Administración local se está cumpliendo, pero que la aprobación definitiva depende de un informe de Augas de Galicia. Por su parte, el mandatario rianxeiro confía en llegar con los deberes hechos a la próxima cita con las urnas.

También continúa sin materializarse la dotación de suelo industrial en Mazaricos, Porto do Son y Ribeira, una cuestión que lleva años pendiente.

Otra actuación que continúa a la espera es la regeneración de la ría noiesa, de la que solo se llevó a cabo una pequeña intervención durante este mandato. Por el contrario, la recuperación de la fachada marítima sí ha experimentado avances.

Tampoco se sabe nada de la propuesta que, a comienzos del mandato, se comprometió a tener Nós Pobra para evitar la desaparición de las naves fabriles del barrio de Os Cataláns, ni de la compra de un antiguo astillero en Outes para poner en valor la carpintería de rivera.

Sin presupuestos en Muros

Las sesiones de investidura del 2015 permitieron el acceso a la alcaldía de ejecutivos en franca minoría. Uno de ellos es el de Muros, formado únicamente por tres concejales de CxG. El resultado es que, en tres años, el ejecutivo no ha sometido a debate ningún presupuesto y las cuentas llevan prorrogadas desde la etapa socialista.

Otro que gobierna bajo mínimos es Nós Pobra. Consiguió sacar adelante su primer plan económico, pero el segundo año ya ni lo intentó y, para dar salida al del 2018 ha recurrido a la cuestión de confianza, consciente de que era nula la posibilidad de que PP y BNG se unieran para una moción de censura.

Aunque quedan proyectos en el tintero, otros se han visto cumplidos. En Ribeira, después de mayores retrasos de los previstos, comenzó a funcionar la plaza de abastos e, incluso, el restaurante de la terraza, llamado a ser un elemento de atracción.

La capital barbanzana ha conseguido en esta etapa de mandato en minoría de Manuel Ruiz otro importante logro: una nueva inyección de dinero procedente de la Unión Europea. También se puso en marcha la rula y la EDAR, aunque en este último caso están pendientes de resolverse algunos problemas.

Por su parte, el Concello de Rianxo, con el respaldo de la Diputación y el compromiso de colaboración de la Xunta, ha dado un paso decisivo para hacer realidad la aspiración de tener un centro de día. También se han conseguido los fondos para musealizar la casa de Rafael Dieste y la política de reducción de impuestos ha favorecido la implantación de empresas en el polígono.

En Mazaricos, la apuesta municipal ha servido para impulsar el Camino a Fisterra y se han acometido importantes obras para dotar de agua a los vecinos.

Otra actuación destacada es la que se ha iniciado en Boiro, donde por fin ha comenzado la rehabilitación del pazo de Goiáns. Asimismo, en el vivero de empresas se impartieron los primeros cursos de hostelería. En Porto do Son, se lograron los fondos para recuperar la fachada marítima.

Un período marcado por numerosos cambios

El presente mandato ha estado marcado por importantes modificaciones normativas que, de forma directa, han condicionado la actividad municipal. Estas son algunas de las novedades a las que han tenido que hacer frente los ayuntamientos en estos tres años.

Administración electrónica. Este período será recordado como el del despegue definitivo en la tramitación electrónica de expedientes. En un proceso que continúa implantándose, todos los ayuntamientos pusieron en marcha su sede electrónica, iniciaron las comunicaciones telemáticas o empezaron a funcionar con el nuevo sistema de interconexión de registros que permite que los vecinos puedan presentar en las oficinas municipales documentación dirigida a cualquier otra Administración local, autonómica o estatal.

Mayor control del gasto. Aunque la Ley de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera fue publicada en el 2012, es durante el presente mandato cuando las entidades financieras han realizado un mayor esfuerzo de contención del gasto y de cumplimiento del período medio de pago a proveedores que se establece en un máximo de 60 días desde la emisión de la factura.

Nueva ley de contratos. Es el nuevo y, probablemente, mayor cambio normativo al que deben hacer frente los ayuntamientos de la zona. La nueva ley de contratos públicos, en vigor desde principios de marzo, obliga a un mayor control de las adjudicaciones de obras y servicios y limita enormemente la capacidad de los consistorios para la firma de contratos directos.

Más atribuciones urbanísticas. La Lei do solo, publicada hace poco más de un año, concede mayores competencias a los ayuntamientos a la hora de ordenar el territorio, pero también los obliga a vigilar aspectos como el de la viviendas inacabadas. Esta es una cuestión que no agrada en absoluto a los regidores, conscientes de que en ocasiones son dificultades económicas las que impiden que una familia concluya su casa. Además, las Administraciones locales inciden en el hecho de que cada vez deben asumir mayor número de competencias.

Dos ayuntamientos cambiaron de alcalde

Varios han sido los cambios en la composición de las corporaciones desde aquel 13 de junio del 2015 en que tomaron posesión de sus cargos los 157 concejales barbanzanos. Las más significativos afectaron a Noia y Outes en febrero y agosto del 2016, respectivamente. En el primer caso, debido a la moción de censura que desalojó de la alcaldía al socialista Miguel Paz en beneficio del popular Santiago Freire y, en el segundo, por la dimisión de Carlos Crespo que, tras más de dos décadas ocupando el sillón de mando, concurrió a las elecciones autonómicas y cedió su puesto a Beatriz Molinos.

Ribeira

Discrepancias en Ciudadanos motivaron que Asier Casais y María José Brión se pasaran al grupo de los no adscritos. Por su parte, Juancho Chouza acabó dimitiendo meses después por motivos personales. En el BNG, Antón Parada renunció hace unos meses, al haber cumplido ya una etapa política y laboral.

boiro

El popular Juan Antonio Moledo Eiras, concejal de Medio Ambiente, dimitió por motivos laborales en agosto del 2017.

Carnota

Tras la confirmación de su auto de procesamiento por la supuesta contratación irregular de una trabajadora municipal, Marisol Soneira presentó su renuncia a las actas de concejala del PP y de parlamentaria autonómica.

Mazaricos

Seis meses después de tomar posesión, José Luis Cives, primer teniente de alcalde, dimitió. La falta de sintonía con el regidor se apuntó como la causa.

Muros

El socialista Bartolomé Freire dejó su acta en febrero del 2016.

Noia

El PSOE perdió a Agustín Mourís, fallecido en agosto del 2017.

Outes

Además de muerte, esta semana, de Carlos López Crespo, en el 2016 falleció el edil del PP Francisco Rama, Fufú.

Porto do son

Motivos personales llevaron al nacionalista Xoán Xosé León a dejar de ser edil en el 2017

Rianxo

Asuntos laborales llevaron a dimitir a los populares Norberto Uzal y Celsa Miguéns. Esta última había entrado en sustitución del fallecido José Besada.