El 50 % de los pacientes atendidos en casa precisan cuidados paliativos

La Voz

BARBANZA

carmela queijeiro

La Unidad de Hospitalización a Domicilio llega a los puntos más recónditos de Barbanza

26 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo corroboran los médicos del hospital de Barbanza: los enfermos que reciben cuidados en su casa mejoran con más rapidez. Para acercar la atención sanitaria al hogar nació en el 2001 la Unidad de Hospitalización a Domicilio (HADO), que se fue ampliando con el paso de los años. En la actualidad son una veintena las personas que se benefician del servicio y las que necesitan una asistencia media de doce días, aunque la cifra varía en función de cada caso. No en vano, el grueso de los pacientes se derivan desde Medicina Interna y Urgencias, por lo que las patologías son muy variadas. El 50 % de los barbanzanos que reciben la visita de los facultativos precisan cuidados paliativos y en esta fase terminal el acompañamiento médico cobra gran importancia.

La HADO funciona con dos equipos formados cada uno de ellos por un médico y una enfermera que se reparten por áreas para abarcar todo el territorio. Los profesionales se desplazan en dos coches que suman una buena cantidad de kilómetros, y es que llegan a los puntos más recónditos de la comarca. Aunque el servicio nació en el 2001 con un médico y dos enfermeras, se ha ido ampliando para que la atención sanitaria pueda traspasar las puertas de un mayor número de viviendas. Una vez que los médicos deciden que un enfermo necesita de esta unidad, se programa un encuentro con ellos y con sus familiares. Así comienza un trato mucho más cercano.

El GPS es el mejor aliado para llegar a aldeas alejadas

Los profesionales del servicio aseguran que en muchas ocasiones deben echar mano del GPS e incluso tienen que tirar de Google Maps para llegar a aldeas lejanas de Barbanza. Estos enfermos son los que más agradecen los desplazamientos, conscientes del esfuerzo que supone para los médicos y enfermeras que se suben a los coches cada día.

«Los enfermos se muestran muy agradecidos, algunos hasta nos preparan el desayuno»

El calor de un hogar es la mejor terapia. Así lo defiende Mari Gayol, una de las médicas de la Unidad de Hospitalización a Domicilio de Barbanza que lleva más de una década trabajando en el centro asistencial de Oleiros y un lustro en este servicio, al que llegó casi por causalidad y ahora no cambiaría: «Yo estaba en Medicina Interna, se planteó la posibilidad de ampliar y me lo propusieron, la verdad es que me gustó la idea y lo intenté». Asegura que trabajando en la unidad ha llegado a puntos del mapa que ni conocía, y que el cuentakilómetros de los coches que utilizan en los desplazamientos ya echa humo.

Pero si algo destaca Gayol es el trato que reciben de los pacientes que les abren la puerta cada día: «Se muestran muy agradecidos. Algunos hasta nos preparan el desayuno con naranjas que recogen de la huerta y todo».

La tranquilidad de poder tratarse en un entorno conocido repercute en la velocidad de recuperación, tal y como asegura la médica: «Los enfermos están en su ambiente y con su gente. Esto es especialmente importante para los mayores, que en ocasiones llegan a desorientarse en el hospital. Creo que mejoran mucho antes en su hogar, solo poder comer en casa influye mucho».