¿De dónde es usted?

osé Vicente Domínguez. BUZÓN DEL LECTOR

BARBANZA

17 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

N o es que me guste hurgar en las heridas, pero me lo ponen a huevo. Pocas semanas después de que apareciera mi artículo Con uve de Ribeira, me encontré con alguien que estaba haciendo la foto de una B superpuesta sobre la V del pétreo nombre, ubicado en una de las rotondas que dan acceso a cierta ciudad que se supone Ribeira. Como todo vecino perteneciente al municipio que lleva el nombre de la tal ciudad, recibo normalmente notificaciones en las que se me informa de la lógica obligación de pago de impuestos municipales. Pero sucede que tales notificaciones provienen de un Concello inexistente. Pues pueden creerme, Riveira no está oficialmente recogido en el listado de concellos de A Coruña, ni siquiera de Galicia. Entonces, surge la duda: ¿Vivo yo en ese inexistente Concello que no figura en la lista de ayuntamientos de mi comunidad? Legalmente no; y la culpa hay que achacarla a la caprichosa e infantil reiteración de nuestros responsables políticos en utilizar la uve. Por la incomprensible reiteración, nadie puede decir que tal notificación se haya efectuado de buena fe por los mandatarios municipales. Entonces, me surge la duda: ¿Podré alegar error de notificación ante cualquier escrito recibido de este ayuntamiento inexistente? ¿Podrá quedar en suspenso cualquier procedimiento sancionador emanado de tal ayuntamiento?

Y no puedo dejar de preguntarme: ¿A qué se debe ese cerril interés en dejar de cumplir la toponimia oficial, reiteradamente ratificada por todas las instancias desde la Xunta hasta el Defensor del Pueblo? Puedo entender que, antes de que se oficializase la toponimia diciendo que Ribeira se escribe tal cual, haya habido diferentes criterios acerca del origen de su nombre. Pero una vez agotado cualquier recurso para la alteración del topónimo, ¿a qué viene esa cerril reiteración?

No lo sé. Pero, con todos mis respetos, me recuerda al ripio que aparece en el capítulo XXVII del Quijote, cuando narra otro singular y estúpido conflicto: «No rebuznaron en balde, el uno y el otro alcalde». José Vicente Domínguez. Palmeira.