Clase de educación vial sobre dos ruedas en Boiro

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

La actividad tiene unos objetivos claros: que los chavales aprendan a circular en bicicleta aplicando las normas viarias

12 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La educación vial se aprende ejercitándola y, precisamente, eso es lo que llevaron a cabo ayer la Policía Local y el Concello de Boiro, por segundo año consecutivo, con la Marcha Ciclista Escolar, que reunió a 317 alumnos, de tercero y cuarto de primaria, de los seis centros educativos del municipio. Sin embargo, el número total de asistentes se acercó a los 400, ya que también se sumaron bomberos del parque boirense, un policía nacional, dos guardias civiles, profesores, padres, el alcalde y, desde luego, agentes de la policía.

La actividad tiene unos objetivos claros: que los chavales aprendan a circular en bicicleta aplicando las normas viarias y fomentar su empleo como medio de transporte. Al mismo tiempo, se consigue una jornada de convivencia entre los alumnos de los colegios.

La policía local y coordinadora del programa de seguridad vial, Xoana Toja, aseguró ayer que la cita resultó un éxito, al tiempo que destacó la elevada colaboración. Desde luego, hubo una gran implicación para que la jornada se llevase a cabo y los jóvenes pudieran disfrutar del placer de la actividad física.

Las tiendas de bicicletas de Boiro se implicaron, aportando hasta vehículos de dos ruedas para los asistentes. También contribuyeron las AMPA, los establecimientos Froiz y Gadis, la firma Divertiocio y la empresa de autobuses Outeiral, que trasladó a los alumnos.

Dos recorridos

La Policía Local diseñó dos recorridos. El más corto, de 1,2 kilómetros, lo hicieron los escolares que participaron en patinete. Quienes más pedalearon cubrieron un trayecto de 4,8 kilómetros, la distancia existente entre la plaza del Concello y Peralto.

De dar la salida al gran pelotón se encargó Moncho Lorenzo, un boirense que se quedó tetrapléjico a raíz de un accidente de moto y que colabora habitualmente en actividades realizadas en el municipio.

Al término de la marcha, los chavales recibieron una mochila en la que, además de un bocadillo, agua, una manzana y una barrita energética, había un libro de educación vial y un cuaderno de actividades, aportados por la Fundación Mapfre. De esta forma, al margen de lo aprendido ayer sobre dos ruedas, los estudiantes podrán profundizar en los conocimientos adquiridos.

Toda una experiencia para animar a los jóvenes a que adquieran buenos hábitos.