«Vai ser unha campaña difícil porque non hai bivalvo, xa bo é que acompañan os prezos»

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Profesionales de Rianxo, A Pobra, Ribeira y Palmeira constatan un descenso del marisco que no saben a qué atribuir

11 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras el cierre de los bancos de libre marisqueo, el pasado 30 de marzo, las cofradías de la ría arousana han iniciado la actividad a flote en sus concesiones. Sin embargo, cunde el desánimo entre los profesionales de la mayoría de ellas porque la cantidad de almeja es inferior a lo que se esperaba. La situación la resume el patrón mayor de Rianxo, Miguel Ángel Iglesias: «Vai ser unha campaña difícil porque non hai bivalvo, xa bo é que acompañan os prezos».

En términos similares se expresa su homólogo de A Pobra: «Non pode dicirse que sexa moi prometedora». Y en el caso de Ribeira, el presidente de la agrupación de productores, Andrés Martínez, explica que durante el pasado mes, cuando estuvieron abiertas las autorizaciones de Miñoteiras, Lajareu e Illa de Coroso, los profesionales no conseguían capturar el tope de almeja roja, que es la única existente en esas zonas.

La esperanza de los ribeirense, explica Martínez «é que se vía bastante ameixa pequena». El colectivo regresará a los arenales el 4 de junio y Andrés Martínez subraya: «A ver se neste tempo de descanso medra un pouco e a maioría acada o tamaño para poder vendela».

Los compradores

No es solo que los mariscadores perciban que hay menos producto, también lo constatan compradores como Trini Lois, que cada día acude a la lonja de Ribeira. Ayer, poco antes del inicio de la subasta de las tres, afirmaba que «si se nota un descenso na cantidade de bivalvo que chega á poxa, pero o que hai é de mellor calidade».

En cuanto a los precios, Trini Lois señaló que son algo más elevados porque, explica, al reducirse la oferta la cotización siempre va al alza.

En cuanto a los motivos a los que puede deberse este descenso, el productor palmeirense Juan Franco, que descargaba ayer sus capturas de almeja roja en la lonja de Ribeira, fruncía el ceño y reconocía desconocer la causa. Sí constataba que «ameixa branca cada vez hai menos». Se trata de una apreciación en la que también coincide el mariscador y patrón mayor pobrense Juan Miguel Iglesias.

Representantes de algunas cofradías comentan que la elevada cantidad de agua dulce que recibió la ría después de un invierno especialmente lluvioso ha provocado la mortandad del bivalvo. Lo han constatado especialmente en Rianxo, donde los mariscadores han observado una gran cantidad de conchas abiertas.

Muestreos en Cabo de Cruz

Integrantes del pósito de Cabo de Cruz como Raquel Souto, que faena a flote, o Susana Silva, que lo hace a pie, señalan que no detectan una caída significativa.

Explican que están trabajando de forma alternativa en los arenales para, precisamente, preservar el recurso. Susana Silva comentó que a partir de mañana faenarán en Barraña y podrán tener una idea de cómo está la situación.

Por su parte, Raquel Souto indicó que la bióloga lleva a cabo durante estos días muestreos con el propósito de conocer la situación real de los arenales que administra la entidad.

El hecho de que en lugares como Rianxo, Ribeira o A Pobra se aprecie cría constituye un indicador, para los profesionales, de que los desoves se han producido de forma tardía. La llegada de los turistas está a la vuelta de la esquina y parece que solo el precio puede salvar la situación.