El cuidado del patrimonio popular se lleva 500.000 euros de los concellos

a. lorenzo / alvite / sande RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Buena parte de este importe va destinado a reparar los daños de los actos vandálicos

09 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Fueron durante años unas instalaciones muy utilizadas por los vecinos de la comarca pero, desde hace ya décadas, los lavaderos y fuentes han perdido su funcionalidad para pasar a ser parte del patrimonio popular de cada municipio. Sin embargo, mantener estas infraestructuras supone un importante gasto para las arcas locales, que cada año desembolsan alrededor de 500.000 euros para poder tenerlas en unas condiciones aceptables.

Pero, muchas veces, todo este trabajo de recuperación y puesta en valor se ve empañado por la actividad de los vándalos, que se han cebado con estas instalaciones, sobre todo en municipios como Noia, Ribeira, A Pobra y Boiro. El alcalde de esta última localidad, Juan José Dieste, reconoció que algún año destinaron más de 150.000 euros a mantener y reparar todo lo que rompieron los delincuentes, «y al poco tiempo de repararlo volvieron a destrozarlo. A lo mejor había que hacer como en Alemania, que tardan más de un año en arreglar lo que se cargaron los vándalos como castigo ejemplarizante».

En Ribeira ha pasado algo similar, puesto que aunque habitualmente suelen gastarse una media de 10.000 euros al año en acondicionar fuentes y lavaderos, cada ejercicio tienen que multiplicar esta cantidad para recuperar las infraestructuras que han sido dañadas o que se encuentran en peor estado. De hecho, las obras de remodelación del río de lavar de O Ameneiro se llevaron 25.000 euros, y hay presupuestados cerca de 48.000 para el de Artes.

La situación es un poco distinta en Lousame, donde los vándalos no se han cebado con estas piezas del patrimonio popular, pero muchas se encuentran en mal estado y ha sido preciso repararlas. Más de 36.000 euros ha destinado el ejecutivo que preside Teresa Villaverde a este fin, lo que ha permitido rehabilitar «os de Tállara, Merelle, Escabia e Camboño, e este ano queremos arranxar o de Lesende e algún máis», apuntó la alcaldesa, quien manifestó que en algunos fue preciso cambiar gran parte de la piedra, así como «retirar a cuberta, arranxar as escaleiras e a fonte, pois nin o caño tiña ben».

Las actuaciones

La misma intención tiene el gobierno local de A Pobra, que en sus presupuestos para este año -que aún no se han aprobado- incluye una partida de 20.000 euros dirigida a arreglar los nueve recintos con los que cuenta el municipio, una actuación que también intentará reparar los destrozos y cubrir las pintadas realizadas por los desaprensivos.

Por su parte, en Noia están negociando en estos momentos para incluir en sus cuentas para el 2018, que todavía no se han presentado, una cantidad específica para la recuperación de estos elementos, aunque todavía no se ha concretado la cifra que se destinará a esta finalidad.

El concejal de Obras, Martín Fernández, reconoció que «ata o momento estiveron realizándose pequenas actuacións de mantemento a través da nosa brigada de obras». Sin embargo, la intención es poder disponer de una partida concreta «para a posta en valor dalgúns elementos, así como para a mellora de lugares nas que se producen actuacións de persoas incívicas, como a área dos Muíños de Pedrachán».

Mandatarios como Oujo dicen que es dinero bien invertido porque «serve para preservar o pasado»

Porto do Son y Rianxo cuentan con una importante cantidad de lavaderos y fuentes que se han ido rehabilitando y que, afortunadamente, no han sido víctimas de los ataques vandálicos. El alcalde sonense, Luis Oujo, explicó que cada año intentan recuperar más piezas de este patrimonio local, «e incluso son os veciños os que nos avisan dalgúns que están ocultos debaixo da maleza e que fomos remodelando», afirmó. El mandatario cree que el presupuesto anual -algo más de 16.000 euros- «é un diñeiro ben invertido, porque serve para preservar pasado».

Opina lo mismo su homólogo de Rianxo, Adolfo Muíños, que es consciente de que ahora pocos vecinos usan estas infraestructura, «pero forman parte do noso patrimonio e teñen un valor etnográfico». En este municipio se dedican al año 25.000 euros a este tipo de actuaciones, una cantidad similar a la de otros concellos. En este sentido, en Mazaricos se recuperaron los recintos de San Cosme, A Gueima, Beba, Ponte do Cura, Chacín.