La recuperación económica anima a terminar edificios a medio levantar

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Varios constructores se han interesado en adquirir los inmuebles inacabados

23 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La crisis vapuleó a todos los sectores, pero uno de los más perjudicados fue el de la construcción, que pasó del bum del ladrillo a una situación de inestabilidad total. Como consecuencia de la recesión, los paisajes de la comarca se llenaron de edificios que quedaron a medio construir y que llevan cerca de una década convertidos en auténticos esqueletos urbanísticos. La recuperación económica de los últimos años parece que va a poner solución a este problema, y ya han aparecido algunos constructores que estarían dispuestos a acabar de levantar estos bloques de pisos y viviendas.

Así lo confirmó el responsable del Centro Empresarial da Construcción do Barbanza, José Manuel Dios, que explicó que «en mi oficina han entrado varios casos de gente que se interesa por finalizar estas edificaciones. Es una tendencia que ya ha comenzado en la zona y va en aumento, pero que también existe en el resto de Galicia». Una de las razones que facilita poder terminar con los esqueletos urbanísticos es que la mayoría de ellos están en manos de entidades bancarias, que en estos momentos lo que quieren es deshacerse de este tipo de construcciones que fueron expropiadas en su día y que suponen una carga considerable.

Por este motivo, los bancos propietarios de estos inmuebles a medio terminar están ofreciendo unas condiciones ventajosas para que puedan ser adquiridos y finalizados. «Lo que quieren es vender todos estos activos, y no les queda otro remedio que dar una serie de facilidades para que puedan salir al mercado y acaben comprándose», apuntó José Manuel Dios.

Informe técnico

Pero, antes de ponerse manos a la obra para poder llevar a término alguna de estas urbanizaciones o bloques de edificios, hay que asegurarse de que están en perfectas condiciones para acabar lo que se inició hace ya varios años. De hecho, lo recomendable es encargar un informe técnico, «para ver si las instalaciones pueden ser aprovechadas o, a lo mejor, hay que demolerlas por completo y no compensa continuar con la construcción», especificó el presidente del Centro Empresarial da Construcción do Barbanza.

De hecho, muchos esqueletos urbanísticos llevan casi diez años soportando las inclemencias del tiempo, algo que puede afectar a los cimientos, ya que pueden haber sufrido filtraciones y no están en condiciones de aguantar más peso. Además, otro de los aspectos que hay que tener en cuenta es que, en este tiempo, se han incorporado nuevas limitaciones urbanísticas, algo que conviene estudiar a la hora de retomar los trabajos de construcción.

En este sentido, en el año 2016 se aprobó la nueva Lei do Solo, que dejó en manos de los ayuntamientos las labores de vigilancia, identificación de viviendas o edificios inacabados y la obligatoriedad de forzar a sus propietarios a terminar tanto la fachada como el tejado de las construcciones.

Las multas por no cumplir los requerimientos municipales podrían ascender a 25.000 euros, pero los concellos de la comarca han sido reacios a tomar este tipo de medidas, sobre todo en el caso de los esqueletos urbanísticos, puesto que la mayoría fueron expropiados y se encuentran en manos de entidades bancarias.