Mil barcos, a expensas del libre marisqueo

A. Gerpe / Rosa EStévez RIBEIRA, AROUSA / LA VOZ

BARBANZA

La actividad en los bancos de la ría de Arousa es una importante fuente de ingresos

19 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El futuro de los bancos de libre marisqueo de la ría de Arousa está en el aire y, de nuevo, por la división entre los pósitos. Aunque su productividad ha caído a la mitad en los últimos años, con campañas tan desastrosas como la que acaba de cerrarse, la explotación de estas concesiones constituye, durante seis meses, una importante fuente de ingresos para miles de rañeiros. Según los datos aportados por la Consellería do Mar, hay 1.295 embarcaciones con licencia para faenar en Os Lombos, Cabío, O Bohído y las llamadas otras zonas.

Si se establece una media de dos tripulantes por barco, que suele ser lo más habitual, la cifra de productores afectados se eleva a 2.500. Es cierto que, debido al estrepitoso descenso de las capturas, son muchos los que en los últimos años no acudían a faenar. Sin embargo, un aumento de la productividad implicaría el retorno de algunos de los que abandonaron.

Alternancia de zonas

Cabe pensar que cofradías como las de Cabo de Cruz, A Pobra o Rianxo cierran sus concesiones, para el colectivo de a flote, durante el medio año que están abiertos los bancos de libre marisqueo. De esta forma, dicen los patrones mayores, se alternan las áreas de trabajo, diversificando el sobreesfuerzo pesquero.

La repercusión de la actividad en estas zonas es menor para los pósitos de Ribeira o Aguiño. En el primer caso, porque su campaña coincide prácticamente con la del libre marisqueo.

Precisamente, el hecho de que el plan de explotación conjunto propuesto por media docena de entidades establezca como períodos de trabajo los mismos que los fijados por Mar -entre octubre y marzo- suscita el rechazo de algunas entidades, que creen que deberían barajarse otras fechas.

El proyecto de gestión que pretenden sacar adelante seis pósitos tiene que presentarse a la Xunta antes de octubre y, después, será la consellería la que decida si se autoriza o no.

Al parecer, en un principio, algunas cofradías tenían previsto elaborar un plan de explotación individual. Finalmente, las de Rianxo y Vilanova decidieron aunar esfuerzos, lo que ha dado como resultado la creación de una asociación.