Os Reventapistóns realizaron una ruta por Ribeira y pararon junto al olivo que lleva el nombre del fallecido
15 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Hace casi medio año que Os Reventapistóns despedían a Miguel Francesch, un profesional de Castiñeiras que perdía la vida a comienzos de noviembre tras registrarse una explosión en el barco en el que trabajaba, que se encontraba en Mozambique. Ayer, un nutrido grupo de moteros recordaban al que fuera su compañero de aventuras. Lo hacían como a él le hubiera gustado, con una ruta.
La caravana de caballos de acero partió a media tarde de la sede de Os Reventapistóns, el bar O Porto. Desde allí, los participantes se dirigieron primero a Xuño, en territorio sonense, y después a Castiñeiras, la localidad natal del homenajeado. Allí, junto al olivo que el 12 de noviembre plantaron en memoria de Miguel Francesch, descansaba su moto, rodeada de velas que el viento se empeñaba en apagar mientras los presentes guardaban un minuto de silencio. Una canción, Respirar de Bebe, sonó para recordar a todos que la vida continúa.
Y en este caso, la ruta siguió con la pinchada de rigor, que sirvió a los miembros de la expedición para reponer fuerzas con el fin de afrontar el último tramo de la etapa, un trayecto hasta Aguiño para encarar el regreso hacia el punto de partida. Ya en la zona portuaria de Ribeira, la quedada concluyó con un nuevo ágape.
Futuras convocatorias
El presidente de Os Reventapistóns, Iván Olveira, explicaba que con esta ruta se ha querido homenajear a un amigo y a un compañero: «Miguel foi unha persoa moi importante para nós, axudounos a poñer en marcha este club e sempre estaba disposto a botar unha man, incluso se interesaba cando se atopaba traballando fóra». Pese a que no hay decisión tomada al respecto, comentó que su intención es que esta quedada tenga carácter anual.