Las denuncias por violencia de género crecieron un 22 % en el 2017

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZRIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MATALOBOS

Los juzgados de Ribeira, Noia y Muros registraron seis demandas cada semana

29 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Barbanza dijo basta. Miles de vecinas de la comarca dieron un paso al frente para exigir un cambio radical de la sociedad. Denunciaron la brecha salarial, los techos de cristal y una lacra que las atenaza: la violencia machista. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) hizo públicos los datos del año pasado sobre este tipo de agresiones. Los juzgados de Ribeira, Noia y Muros recibieron 300 demandas por violencia de género, un 22 % más que en el 2016, cuando se registraron 235.

Estas cifras enmascaran una realidad, y es que, de media, se ponen seis denuncias a la semana. Solo en los juzgados ribeirenses se ingresaron 175 causas, por las 76 del noiés y las 49 del muradano. El informe del TSXG también demuestra que los togados barbanzanos han realizado una importante labor, ya que resolvieron más expedientes de los que entraron. Esto se explica porque en el 2016 quedaron 145 pendientes, mientras que en el 2017 se redujo esta cifra a 112. Del total, 68 se tramitaron con urgencia.

Freno por la huelga

A pesar de que la huelga de los funcionarios de la justicia gallega ha frenado por completo el sistema, tal y como apuntaron ayer los portavoces sindicales, este parón no ha afectado a los casos de violencia de género. De hecho, aquellas denuncias que están tipificadas como urgentes se siguen tramitando.

Los profesionales insisten en que es clave mantener las acusaciones

 

Los profesionales que trabajan activamente con las mujeres que han sufrido episodios de violencia de género reconocen que lo más importante es que mantengan las denuncias contra sus parejas. Afirman que muchas, tras acudir ante la Policía Nacional o la Guardia Civil, no responden a los requerimientos del juzgado para ir a testificar.

Esto, en muchas ocasiones, se debe a que son sus propias parejas las que intentan persuadirlas para que den marcha atrás. Es el llamado por los expertos como ciclo de la violencia. Este arranca con pequeñas discusiones verbales, que se van recrudeciendo con el paso del tiempo hasta que se llega a la agresión física. Una vez que la mujer da el paso para denunciar lo ocurrido, el agresor intenta volver a seducirla, explicándole que se ha equivocado y que no lo volverá a hacer.

Aunque durante una etapa puede que sea así, los expertos aseguran que, más pronto que tarde, el agresor volverá a comenzar el ciclo con esas disputas verbales, que finalmente derivarán en agresiones físicas y cerrarán el círculo.