Tradición familiar sobre el cuadrilátero

BARBANZA

MARCOS CREO

Diego Hermo acaba de alzarse campeón gallego de full contact con su padre Moisés como entrenador

21 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue una revelación tardía, pero Diego Hermo (Noia, 1995) terminó siguiendo los pasos de su padre, Moisés. Hubo que esperar casi 20 años, aunque finalmente, ambos terminaron forjando una tradición familiar alrededor del cuadrilátero. El antaño campeón del mundo de full contact se ha convertido en el maestro de su heredero, al que ha ayudado a levantar varios títulos. El último, el pasado sábado en Mos, donde se proclamó campeón de Galicia de full contact en menos de 60 kilos.

«Estivo moi ben. A pesar de que non é a súa especialidade, fixo un gran torneo», afirma el técnico y progenitor, Moisés Hermo, quien confiesa que la pasión de su hijo por este deporte surgió de forma espontánea: «Foi cousa del, cando era rapaz non sabía nin que eu pelexara». Ver a Diego encajar sobre el ring no es fácil: «Sentíame mellor cando era eu o que estaba arriba. Hai que aguantar porque son o seu adestrador. Polo momento non está recibindo moito».

Diego Hermo apunta que, aunque llegó a la lucha con 18 años, el deporte se ha convertido en su forma de vida, la cual afronta como un auténtico espartano: «Empecé en Santiago, en el CAAM. Mi padre se enteró y decidió que fuera a entrenar con él. Antes de entrar en este mundo estaba algo perdido, ahora me veo muy motivado. Quiero hacer un ciclo superior de deporte o nutrición y meterme de lleno a competir».

Uno de sus sueños sería «llegar a ser profesional, hacerme un nombre y poder competir fuera de España». Sabe que no será tarea fácil, pero hace lo máximo posible para conseguir sus metas. Además de trabajar durante las tardes, puede llegar a entrenar dos o tres veces al día: «De lunes a sábado; miércoles por la tarde y domingo descanso; es necesario para el cuerpo. Si fuese por mí, lo haría todos los días». Además de practicar boxeo, kick boxing y full contact, también realiza sesiones de taekuondo para mejorar su técnica.

El pasado

Sobre si el combate no es demasiado duro, Moisés Hermo afirma que «eu levei menos patadas sobre o ring que no fútbol. Diego xogaba antes e viña máis mancado daquela que agora». En su breve etapa sobre el cuadrilátero, el joven noiés, además del gallego de full contact, también ha logrado alzar el autonómico de kick boxing y ha sido subcampeón de España por clubes. El talento se lleva en la sangre.

«La verdad es que tengo suerte. Tener a mi padre al lado es muy importante. Tiene unos conocimientos que me ayudan a mejorar día a día», reconoce Diego. «A meta é chegar o máis alto posible», desvela Moisés, que desgrana que la receta para lograrlo es sufrir en cada entrenamiento. «Me exijo muchísimo, sé que en este deporte nunca nada es suficiente», cierra el joven púgil.