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E l pasado día 14 leí en La Voz de Barbanza la noticia de que en Noia cuatro cofradías y un cura luchan por elevar a lo más alto las celebraciones de Semana Santa. Pues bien, aquí en Boiro un cura y un grupo pequeño de gente luchan por todo lo contrario, por echar abajo el trabajo realizado durante 13 años para conseguir que la Semana Santa de Boiro fuera un referente en toda la comarca y fuera de ella. Me entristece que en ese pequeño grupo haya personas que en su momento estuvieron cuando el anterior párroco pidió colaboración para poder formar una cofradía y todos unidos luchamos por la misma. Personas que ahora no deben recordar que estuvieron en catequesis, en el grupo de Cáritas y otras colaboraciones en la parroquia.
Soy feligrés de Boiro desde que nací, hace ya 65 años; monaguillo, catequista y siempre colaborador con la parroquia. Incluso llegué a ser hermano mayor del Cristo da Misericordia. Por eso digo que me entristece ver tal situación en la que un pastor de la Iglesia en vez de juntar todo su rebaño deje a un lado a parte del mismo. Creo que no están los tiempos para jugar con la religión a la gente hay que atraerla y no echarla.
Estuve dos años como hermano mayor y los comienzos no fueron como a mi me gustarían, pues desde el primer momento ya se me puso alguna traba, como no permitir la entrada en la iglesia a dos miembros de la cofradía. Traté de que no hubiera diferencias entre las partes, accedí a todo lo que se me pidió. El segundo año fue mejor, pero tuve que seguir las imposiciones del párroco en contra de lo que opinaba el resto de compañeros y me costó alguna dimisión. Con la elección de la actual directiva parecía que las cosas se irían encauzando, pero como dice el refrán, si Dios no quiere los santos no pueden. Seguiremos luchando por lo conseguido después de trece años de trabajo. Viva la Irmandade do Cristo da Misericordia. Luis J. López. Boiro