Hasta diez años de trámites ante las Administraciones para hacer una obra

BARBANZA

La burocracia eterniza los procesos de concesión de licencias y motiva que algunos inversores desistan de sus proyectos

18 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Desistí del proyecto de adecuar como hotel el convento de O Maño por la complejidad burocrática». Esta contundente afirmación la realiza Luis Grela, propietario de un recinto de gran valor patrimonial en A Pobra, que estuvo batallando durante una década para dar una nueva vida a una edificación histórica.

Las continuas trabas por parte de Patrimonio y Costas acabaron por cansarlo: «Cuando te daban luz verde en un departamento, venía otro y te ponía una pega. Además, no existe coordinación y tienes que ir puerta por puerta, sin que nadie asuma ninguna responsabilidad».

El de Luis Grela no es un caso atípico. Sin salir del municipio pobrense hay otra situación similar, que tiene como protagonistas al pazo de A Mercé y a Juan Boullón, quien pretende darle un uso hostelero a un inmueble en el que Valle-Inclán residió entre 1917 y 1921. Después de cinco años de trámites, el empresario continúa peleando y se muestra optimista ante la próxima concesión de la licencia de obra.

Algo similar está sucediendo, explica la regidora de Muros, María Xosé Alfonso, con lo que queda de las antiguas instalaciones de una conservera situada a la salida de la villa, que unos inversores pretenden convertir en hotel.

Lo cierto es que la burocracia, cuando es necesario tener autorización de varias Administraciones, eterniza los procesos de concesión de permisos y eso motiva que algunos inversores interesados en acometer obras acaben abandonando. El pobrense Luis Grela explica que inició el proyecto con varios socios, que renunciaron ante la cantidad de obstáculos. Él decidió continuar en solitario, pero manifiesta que «acabé aburrido».

Falta de coordinación

Los técnicos también deben lidiar a menudo con estos problemas, como señala el arquitecto de interiores Moisés Picón: «Hay locales en los que no llega a completarse la actuación por las trabas que se ponen».

Explica que, incluso, hay clientes que se exponen a ser sancionados y señala: «Para una persona que quiere invertir en un negocio no resulta sencillo, porque desembolsan dinero y se encuentran con muchos obstáculos».

Costas, Patrimonio y Augas de Galicia son el centro de las críticas cuando se pregunta por las Administraciones con las que resulta más complejo tratar. Especialmente por la lentitud en resolver y la falta de coordinación e, incluso, de claridad.

Los ayuntamientos también sufren las demoras

No solo los particulares sufren los inconvenientes de la maraña burocrática, también los ayuntamientos se ven afectados. Cuando se pregunta a los alcaldes, manifiestan que los principales problemas se registran con Patrimonio, Augas de Galicia y Costas.

En este sentido, el carnotano Ramón Noceda habla de las dificultades para señalizar la senda azul creada por el Concello, que comprende el recorrido entre Lariño y Caldebarcos: «Só queremos poñer unhas marcas pequenas e a Xunta pídenos as coordenadas e Costas, un proxecto».

Por su parte, el noiés Santiago Freire explica: «A tramitación do proxecto de reforma da fachada marítima prolongouse durante un ano». Más perjudicado se ha visto el mazaricano Juan José Blanco, quien señala que la demora en recibir el informe de vertidos de Augas de Galicia ha imposibilitado «que poidamos pedir unha axuda para a obra da depuradora de Suevos».

El sonense Luis Oujo se toma las esperas con resignación: «Estamos pendentes dun documento de Augas de Galicia para licitar o saneamento de Ornanda. É moito tempo, pero para ser de Augas non é tanto».

Manuel París Blanco: emprendedor mazaricano

«Estiven tres anos agardando pola autorización de Patrimonio»

Propietario de un terreno situado en el Camino hacia Fisterra, Manuel París Blanco decidió sacarle provecho y construir un cámping para peregrinos. Comenzó con el proyecto hace un lustro, y lo suyo ha sido una carrera de fondo: «Estiven tres anos agardando pola autorización de Patrimonio».

Conseguidos los permisos y realizada la obra, tenía previsto abrir la instalación a principios de este mes, pero su batalla burocrática todavía continúa: «Hai un ano que paguei o enganche da luz, pero aínda non teño a conexión que preciso porque as conducións pasan pola estrada e estou á espera do visto bo de Patrimonio, xa que se trata dunha vía pola que pasa o Camiño».

Manuel París reconoce que «estiven a piques de abandonar polas voltas que me daban. Decidín continuar porque teño moito apoio familiar e animáronme a seguir». Afirma que durante este tedioso proceso ha debido asumir numerosos gastos provocados por las múltiples demoras en la tramitación: «Desprazamentos en coche, papeleo, chamadas. Tiven que modificar o proxecto». Después de su larga travesía, el empresario mazaricano prevé abrir hoy mismo su establecimiento.