«Sacar o permiso para mariscar sería coma se nos tocase a lotería»

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Carmela Queijeiro

Cuatro desempleados, alguno de los cuales reconoce haber cogido bivalvo de forma ilegal, buscan cambiar su vida

11 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay vidas que se tuercen en un momento del camino y que sus protagonistas intentan reconducir. Esa es la ruta que han emprendido un grupo de boirenses en paro, que buscan en las fértiles aguas de la ría de Arousa una salida laboral como productores. Cuatro de ellos, Patricia Muñiz y su marido, Emilio Lojo, junto a Carolina Silva y a Manuel Silva, relatan la puerta que les ha abierto Cáritas de Boiro para que puedan obtener el permex: «Sacar o permiso para mariscar sería coma se nos tocase a lotería».

Varios de ellos reconocen haber extraído bivalvo de forma ilegal, aunque matizan: «Íamos coller un pouco para cubrir o día, para sacar para comer. Non eramos furtivos profesionais, coma eses que están organizados e levan un montón de quilos».

Patricia Muñiz, de 37 años, y Emilio Lojo, de 45, llevan más de tres lustros casados y tienen tres hijos, que salen adelante gracias al apoyo de sus familias. Emilio carece de empleo estable desde hace ocho años y la última ocupación de su mujer, que es voluntaria en la Cruz Roja, fue en verano, como camarera en un bar de la localidad. También Carolina Silva tiene una tabla de salvación en su entorno familiar para el cuidado de sus dos hijos.

Por su parte, Manuel Silva, que ha trabajado en el Gran Sol, en la mercante, como bateeiro y como albañil, se enfrenta al hándicap de conseguir un contrato a sus 56 años: «Esta é unha oportunidade para a última etapa da miña vida laboral».

Sucesión de cursos

Con la determinación de abrirse paso, aceptaron sin dudar la propuesta de Cáritas de Boiro, presidida por Lupe Tubío, para hacer los cursos que permiten presentarse a las convocatorias de obtención del permex. La propia cofradía de Cabo de Cruz sacará plazas ahora, a las que todavía no podrán optar, y a finales de año, a las que sí podrán concurrir si hacen los deberes: «O que buscan é que nos poidamos valer por nós mesmos», asegura Patricia Muñiz.

Primero asistieron a unas clases en Vilagarcía. El párroco de Santa Baia y la responsable de Cáritas se encargaban de llevarlos e ir a buscarlos: «Do contrario non poderíamos ter ido», explica Emilio Lojo.

Ahora se juntan cada mañana a las diez en el centro social de Boiro para completar su formación, en este caso on-line, bajo la coordinación de Patricia Muñiz: «Poñémoslle ganas. Cada xornada procuramos acabar un módulo».

El objetivo, reunir los máximos puntos que pueden adquirirse por la formación, a los que, en el caso del pósito de Cabo, podrán sumar los cuatro que automáticamente se obtienen si se está empadronado en el municipio en el que se hace la convocatoria.

Saben que mucha gente concurre a los puestos que se ofertan desde las cofradías para conseguir el permiso, pero se sienten animados: «Aspiraremos a calquera praza que se presente. Xa miramos tamén en Rianxo, pero nesta ocasión van coller a xente que hai na lista de anos pasados. Unha vez que teñamos os cursos faremos o posible para entrar», explica Patricia Muñiz. Aseguran que acceder a un puesto como mariscador «sería ver o camiño cara o futuro e permitiríanos cotizar».

La presidenta de Cáritas, Lupe Tubío, afirma que todo el mundo merece una segunda oportunidad e indica que el mar es una alternativa laboral muy importante en una zona como la de Arousa. Explica que un papel fundamental de la organización es ayudar a que los beneficiarios se integren laboralmente.