El cocido de Genebrando ha regresado

La Voz

BARBANZA

MARCOS CREO

El empresario de Outes reunió en A Serra a setenta comensales llegados desde diversos puntos de Galicia

10 mar 2018 . Actualizado a las 12:41 h.

El próximo 2019 se cumplirán dos décadas desde que un grupo de amigos, convocados por el empresario del transporte Genebrando Castro, se dieran cita en Outes para compartir un monumental cocido. En aquel pequeño encuentra, que no alcanzaba la decena de asistentes, se impuso como costumbre repetir cada invierno en el restaurante Feliciano Vives. Sin embargo, desde entonces, todo ha cambiado. En primer lugar, el número de participantes se sitúa ahora por encima de los setenta, y el establecimiento que acoge el almuerzo es el Portelo, en la misma población de A Serra.

Descanso circunstancial

Hace unos días, volvió a repetirse la comida, después de un descanso circunstancial el año pasado, y en ella se repitieron costumbres, entre ellas, la asistencia de autoridades políticas como los alcaldes de Ribeira, Manuel Ruiz; Porto do Son, Luis Oujo; Boiro, Juan José Dieste; y Oroso, Manuel Mirás Franqueira; el senador José Luis Torres Colomer, y otros; así como empresarios como Ramiro Carregal, presidente de Frinsa; Luis Miguel Simarro, director general de Congalsa; Juan José Fajardo, de JJ Chicolino; Roberto Pereira, presidente del Club Financiero de Santiago; Ramón Trillo, de R. Trillo; entre otros; representantes de entidades sociales, como Ramón Sestayo, de Cogami; de fuerzas del orden, como José Manuel Leis, capitán de la Guardia Civil de Noia; e incluso religiosos, como Marcelino Sánchez, párroco de Lampón y de San Isidro.

Los asistentes dieron cuenta de la variedad de carnes que Genebrando Castro acostumbra a adquirir en los mejores puntos de Galicia para satisfacer a sus invitados, pero no hay que olvidar el éxito de las filloas elaboradas a la antigua usanza, enormes y de exquisito sabor al estar hechas con harina de casa, así como orejas dulces.

Y siempre pone el broche al cocido de Genebrando Castro una queimada elaborada por Emilio de la Iglesia, el druida de la monumental comida, que espanta las meigas y alegra paladares.