El pleno boirense planta cara a la Xunta por la mina de Touro

a. l. / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Todos los grupos respaldaron la moción de la cofradía crucense

09 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando está en peligro el mar, del que viven gran parte de los vecinos de Boiro, no hay lugar para la discusión. Así lo manifestaron en el pleno del jueves todos los concejales de la corporación, que hicieron una piña para gritar bien claro: «Non á mina de Touro». Decenas de personas abarrotaron el salón noble para escuchar a la patrona mayor de Cabo de Cruz, Raquel Souto, defendiendo una moción en la que pedía que se paralizara el proyecto de la explotación minera San Rafael, y que fue recibida con un sonoro aplauso, el mismo que se repitió después de cada una de las intervenciones que hicieron los portavoces de los cinco partidos.

Javier Chouza, de Ciudadanos, fue el primero en tomar la palabra y reconocer «que esta mina ten moitos riscos contaminantes que poden chegar aos acuíferos dos que se subministra auga á poboación. Non hai garantías de que non sexa así e non nos podemos arriscar». Dores Torrado fue más allá y calificó el proyecto como «unha barbarie», y consideró que sería «unha irresponsabilidade da Xunta» si lo aprueba.

También Velo denunció la peligrosidad de la iniciativa, al mismo tiempo que pidió la unión de todos los concellos de Arousa norte, una solicitud que la nacionalista Raquel Suárez trasladó también a toda la población, «porque se precisa máis concienciación social. Si se pode parar a reapertura é con presión social». Por su parte, el socialista Manuel Maneiro fue muy claro: «Co futuro da xente do mar non se xoga».

Con los vecinos

El alcalde, Juan José Dieste, se desvinculó en este tema de su partido, «porque estou coa comarca e cos veciños. Aquí dependemos todos do mar e non podemos poñelo en risco por un proxecto que non se explica e no que intentan metérnola dobrada».

Antes de votar a favor de la moción, recordó: «Non podemos xogar coa riqueza do noso pobo. Todos á loita e adiante».

El orden del día incluyó 40 puntos, y se debatieron 21

El pleno del jueves sirvió para batir varios récord. El primero: un orden del día con 40 puntos, una cifra pretenciosa teniendo en cuenta que en cuatro horas no se suele pasar de debatir siete. El segundo: se pudieron tratar 21 mociones, y solo cuatro fueron desestimadas por la mayoría del PP. Tercero: el número de interrupciones y acusaciones se redujo considerablemente, y hasta hubo tiempo para hacer alguna broma.