El centro educativo Jaime Balmes viajó a los orígenes de Noia

p. bretal NOIA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

El alumnado convirtió el polideportivo del centro en una feria del Medievo, con puestos gremiales que tenían un objetivo benéfico

03 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A medida que las familias de los alumnos del colegio noiés Jaime Balmes se internaban ayer en el polideportivo del centro, esos pasos les guiaban en una suerte de viaje en el tiempo que las trasladaba a una feria medieval. Entre los diversos puestos de artesanía aciertan a verse oficios gremiales, como la cestería, la cantería o la sidrería. Mas no se trata de un mercado de fecha desconocida, hemos retrocedido 850 años, al mismo momento en el que el monarca Fernando II aprobó la Carta Puebla que dio lugar a la fundación de la villa de Noia.

«Traballamos a modo de proxecto educativo en varias fases: a primeira foi en decembro a través da investigación na vila e coa charla de expertos como Xerardo Agrafoxo ou Pedro García e agora chegou o momento de amosalo», explicó el docente Alfredo Suárez del ingente trabajo de campo y documentación realizado por los jóvenes en una de las elecciones más acertadas para la vigesimoprimera edición de Voz Natura, un programa de La Voz de Galicia desarrollado por la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre, y que este año se centra en el respeto al patrimonio etnográfico.

«Estamos reivindicando a ruta xacobea do Portus Apostoli, o percorrido que se facía dende o porto inglés de Darmouth a Noia», comentó Iván Lorenzo, coordinador del programa Voz Natura en el colegio noiés junto a Suárez. Mientras el docente pronuncia estas palabras, detrás de él un grupo de progenitores cambian euros por balmedíes, la moneda con la que se pueden adquirir las creaciones realizadas por los jóvenes, y que ellos mismos gestionan. Toda esta recaudación será donada a la Asociación Galega de Heteroplasia Ósea Progresiva (Asgpoh), para financiar la investigación contra la extraña enfermedad que afrontan dos alumnas del centro.

Aprender divirtiéndose

Entre los diversos puestos se hallan desde jabones aromáticos a limonada -bebida frecuente entre los peregrinos- o productos de repostería realizados por los pequeños de infantil con la ayuda de los de sexto de primaria, pasando por talleres con conchas de berberechos, como los de Félix González del Museo do Mar, o de pirograbado, donde los chicos reproducen los motivos de las laudas de Santa María A Nova sobre placas de madera. También hay complementos como coleteros y pulseras que llevan vieiras como guiños al Camino de Santiago. «Siempre procuramos que todo tenga una base natural como premisa», anotó la directora, Isabel Fontano.

«La persona que juega tiene que mandar al robot a una casilla y superar la prueba», indicó el estudiante de cuarto de ESO Sergio París, de un sorprendente juego con preguntas y vídeos en el que se mueve un autómata programado por ellos mismos.