La retirada de escombros permitirá descubrir la situación real de la construcción
01 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Han pasado más de 500 años desde que Fandiño Gayoso mandó levantar una de las edificaciones más famosas de Barbanza: el pazo de Goiáns, un conjunto arquitectónico que sirvió de alojamiento a varias de las sagas familiares más importantes de la comarca -los Mariño, los Soutomaior, los Ulloa, los Méndez-. Sin embargo, poco queda de aquella construcción señorial que el paso del tiempo y el abandono han castigado sobremanera, y que ahora el Concello pretende recuperar para el uso y disfrute de los vecinos. Ayer comenzaron las labores de vaciado del inmueble, ya que la caída del tejado y de algún trozo de los muros provocó que el interior estuviera lleno de escombros.
Todas estas labores de limpieza deben de realizarse con mucho cuidado, según explicó el alcalde, Juan José Dieste, porque la intención es poder recuperar el mayor número de piezas originales para que sigan formando parte del inmueble tras la rehabilitación. Por este motivo, los trabajos podrían alargarse durante toda la semana, e incluso la próxima, puesto que el objetivo es liberar todo el espacio para hacer una evaluación exhaustiva de la situación real del pazo.
El Concello de Boiro y la Dirección Xeral de Patrimonio habían acordado llevar a cabo este vaciado antes de acometer la reforma, puesto que al tratarse de un edificio protegido -la torre de Goiáns es un bien de interés cultural-, hay que examinar cada paso que se da.
Coste de los trabajos
El regidor boirense calculó que estas obras de desescombro supondrán un desembolso de 36.000 euros, que se sumarán al millón que costará llevar a cabo toda la rehabilitación. El proyecto del ejecutivo boirense, que ahora mismo está pendiente de incorporar algunas especificaciones solicitadas por la Consellería de Cultura, pretende recuperar para uso público la vivienda principal y la torre. En concreto, el diseño plantea la rehabilitación de las dos plantas del edificio principal, que tienen 688 metros cuadrados, así como de la torre anexa, que dispone de tres pisos y 168 metros.
«O obxectivo é restaurala por dentro e por fóra con todos os elementos que ten: lareiras, farois de ferro, balcóns, balaustradas, escaleiras, arcos... Acabala para darlle uso o antes posible e cumprir o acordo con Cultura», afirmó Dieste, que reconoció que estos dos inmuebles son los que tienen mayor valor patrimonial del conjunto arquitectónico de Goiáns, que también cuenta con capilla, cobertizos, cuadras y un lagar, que podrían recuperarse en otras actuaciones futuras.