El Rali París-Dakar desplegó un ejército de colorido en Noia

A. parada NOIA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Estrelas da Noite y O Feitizo das Armatroulas fueron los ganadores

25 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«É o segundo ano que participo, sempre estiven desexando entrar nesta comparsa que coñecía pola familia», contaba el tomiñés José Ramírez, ataviado de figura de bailarina de caja de música, sin saber que su colectivo, Estrelas da Noite, sería el que se llevaría el primer premio de grupos del Rali París-Dakar de Noia. El mítico desfile cerró el carnaval en la comarca después de desplegar un ejército de colorido por las principales calles de la villa medieval.

Entre los ríos de personas y máscaras, los gestos de sorpresa y sonrisas se contaban por miles, igual que el número de asistentes. Uno podía estar caminando entre los invitados a una boda de ensueño parisina para de repente escuchar el sonido de una sirena antiaérea y correr a refugiarse en el baile de enfermeras y soldados de un hospital de campaña. El peligro parecía haber remitido al ver pasear tranquilamente a entrañables personajes como Totoro e incluso a toda la comunidad del anillo, custodiando la marcha de los orcos y el ojo de Sauron sobre la torre.

Cambios positivos

«Antes o rali era máis adulto, agora con este horario é perfecto para que os nenos o pasen ben», destacó Daniel Fernández, vecino noiés que en su día participaba de bar en bar y que no descarta volver a la carga el próximo año con sus amigos con una comparsa de políticos que incluya a Rajoy, ya que a pesar de la gran evolución del concurso, considera que los orígenes no deben perderse. Mientras habla de viejos tiempos en los que no importaba tanto el nivel de los disfraces, un grupo inmenso de meigas que portan lunas arranca gestos de admiración con sus elaborados atuendos. Son las brujas de O Feitizo das Armatroulas, ganadoras del premio de comparsas.

Volvemos a remontar la marcha hasta llegar al cartel de Las Vegas, donde una reina de corazones sobre una escalera de fichas de casino es acompañada por decenas de cartas humanas. No es la única corona presente, la monarca que envenenó con la manzana a Blancanieves preside una carroza con un espejo monumental, mientras las damas y cortesanos corretean a su alrededor.

Y justo a la cola, cierra el rali una de las actuaciones más aplaudidas. Un hombre lanza harina desde un carro cuyo rótulo propone la venta de «ironía», en un claro guiño al secuestro del libro Fariña por orden judicial.