Ribeira y Noia ya planean medidas para controlar los efectos del gas radón

raquel iglesias RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

La intención de los concellos es instalar medidores en dependencias municipales

17 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque el radón es un viejo conocido y sus efectos en la salud de la población no se dieron a conocer precisamente ayer, de los cuatro ayuntamientos de la comarca con niveles de radiación más elevados -Ribeira, Noia, Muros y Outes- solo los dos primeros planean medidas a corto plazo para paliar sus efectos. Tal y como informó el alcalde de la capital barbanzana, Manuel Ruiz, la intención es colocar medidores en dependencias municipales para conocer los niveles de radiación, además de programar charlas informativas para que los vecinos tengan en cuenta los problemas que se derivan de inhalar este gas radiactivo.

Tampoco Noia se va a quedar atrás en las medidas de prevención y el regidor, Santiago Freire, afirma que ya se han mantenido reuniones con técnicos especializados en el control del radón para poder instalar medidores en la casa consistorial, en el inmueble de la plaza de O Curro está situado el departamento de Servizos Sociais y en el edificio Espírito Santo. En el caso de que se alcancen niveles alarmantes, se estudiará la colocación de más aparatos y otras medidas para proteger a los trabajadores municipales.

El 2018, un año clave

Este será un año clave en la guerra que muchos países ya han abierto contra el gas radón. En España la normativa solo afecta al ámbito del trabajo, e indica que los titulares de actividades laborales deben determinar la exposición en lugares como galerías, establecimientos termales y puntos subterráneos y no subterráneos en áreas identificadas por sus valores elevados. Además, la directiva europea debe trasponerse a los estados miembros, tal y como informaron desde el Laboratorio de Radón de Galicia.

Se fija el límite de 300 becquerelios por metro cúbico, una cifra que se supera en muchas viviendas de la comarca de Barbanza.