Cuando la niebla confunde la autovía de Barbanza con un aeropuerto de Londres

r. iglesias RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Aunque en la comarca la lluvia es un fenómeno meteorológico que no suele pillar desprevenido a ningún vecino, estos días la autovía fue más difícil de cruzar que de costumbre

17 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Con todas sus fuerzas se agarraron al volante los conductores que esta semana han circulado por la autovía de Barbanza. A la niebla -que pudo fácilmente confundir la carretera con un aeropuerto de Londres- se unieron las intensas lluvias. En algunos tramos la visibilidad era prácticamente nula y quienes manejaban los vehículos debían reducir la velocidad por debajo de los límites establecidos para no perder el control.

Aunque en la comarca la lluvia es un fenómeno meteorológico que no suele pillar desprevenido a ningún vecino, estos días la autovía fue más difícil de cruzar que de costumbre. El asfalto se encuentra en buen estado en la mayoría de los tramos, pero las bolsas de agua comenzaron a hacer su aparición y con ellas el peligroso aquaplaning. Los limpiaparabrisas se movían a toda velocidad, al mismo tiempo que se encendían las luces antiniebla, si bien poco se puede hacer cuando el tiempo se pone así de feo.

Las recomendaciones de la DGT

Aunque la teoría la conocen la mayoría de los conductores, las nociones no siempre se aplicaron estos días en la autovía barbanzana. Los peligros de la niebla son principalmente la reducción drástica de la visibilidad, el aumento de las posibilidades de alcance y la disminución de la capacidad de frenado, ya que el firme está húmedo aunque la lluvia no haga su aparición.

La DGT recomienda tomar como referencia la línea del arcén o a otros vehículos sin forzar la marcha y respetar una mayor distancia de separación frontal. A todo ello hay que sumarle el encendido de las luces antiniebla traseras y se aconseja abandonar la vía, si fuese necesario, hasta que se despeje la niebla.