Una calle repartida entre fincas, peatones y botellones

Ana Lorenzo Fernández
ana lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Los vándalos se ceban con el parque infantil que hay en la zona, y que el Concello acondicionó en varias ocasiones

10 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La calle peatonal de Boiro tiene una hermana pequeña que le ha salido un poco rana, ya que la rúa Rañó (o también conocida como camino de Rañó) combina en poco más de 300 metros una zona de fincas, un parque infantil al que le hace falta un repaso, y una enorme plaza -que pertenece a una comunidad de vecinos, pero a la que se accede desde la vía pública- que los jóvenes destinan a realizar botellones los fines de semana.

Así, dependiendo de por donde se entre a esta perpendicular a la calle Pablo Iglesias, el paisaje es muy diferente. Si los viandantes deciden visitar la calle Rañó desde la Principal, lo que se encontrarán será una pequeña carretera asfaltada que está rodeada, casi en todo el trazado, por terrenos que constituyen uno de los pocos reductos verdes que aún subsisten en el casco urbano de Boiro. Tras sobrepasar la calle peatonal, el escenario cambia completamente, puesto que la vía -peatonalizada- se abre a ambos lados: en uno está un área infantil rodeada de inmuebles, y en el otro se encuentra el gran patio de un edificio.

La zona de esparcimiento para niños se ha convertido en una víctima más de los vándalos, que han dejado su huella en papeleras y paredes llenas de pintadas, juegos rotos y múltiples destrozos en la uralita que cubre parte de las estructuras. Además, la vegetación crece libremente el algunas zonas, y en otras se han formado grandes charcos. Por lo que respecta a la plaza vecinal, se ha convertido en el lugar preferido por los jóvenes para celebrar sus fiestas. Lo peor es que luego dejan allí todas las botellas y plásticos sin recoger.

Peculiaridad

Juan José Dieste reconoció que la situación de este trozo de la calle no es la mejor, pero que se han cansado de acondicionar el parque para que luego los vándalos vuelvan a destrozarlo. Además, explicó que periódicamente se limpia también esta plaza vecinal que, pese a pertenecer a un edificio, el mantenimiento lo realiza el Concello.

El regidor boirense comentó que la especial distribución urbanística que tiene este tramo lo convierte en un foco de atracción para los delincuentes.