El padre de la joven madrileña regresó al municipio coruñés para participar en un emotivo homenaje a su hija
05 feb 2018 . Actualizado a las 08:10 h.«El deseo de mi hija y el nuestro era que su última despedida se desarrollara en esta tierra, donde tan felices hemos sido». Con estas emotivas palabras Juan Carlos Quer encabezaba este domingo la comitiva que iba a presidir un multitudinario homenaje que el Concello de A Pobra do Caramiñal quiso rendir a la joven madrileña que durante muchos años veraneó en esta villa marinera, de la que también desapareció aquel ya trágico 22 de agosto del 2016.
Decenas de vecinos, además de representantes de los ayuntamientos de la comarca y de las fuerzas del orden, así como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, y el delegado del Gobierno, Santiago Villanueva, quisieron arropar a Juan Carlos Quer, que se deshizo en halagos hacia «una tierra de gente hospitalaria, de gente buena, de gente solidaria que nos ha dado un ejemplo a todo el pueblo español, que nos ha dado una lección de solidaridad, de cariño y apoyo para sobrellevar 500 días y 500 noches de dolor».
Sus palabras de agradecimiento también se dirigieron a los responsables de la investigación del caso de su hija: «El día en el que la sociedad sea consciente del valor que tiene su trabajo, en silencio, en protección de la ciudadanía, una vocación de servicio público que no se lleva en una nómina de renuncia a las familias. Eso que no se nos olvide jamás, porque son las personas que nos protegen».
Aunque durante todo el homenaje mantuvo la entereza, la voz también se le quebró al recordar a Diana como una luchadora, «una personita que vino al mundo pesando un kilito y que se debatió entre la vida y la muerte durante seis meses en una uvi para salir adelante, y que ha muerto luchando», recordó Juan Carlos Quer, antes de reconocer que su pérdida no ha sido en vano.
«Existe un antes y un después. El mensaje que nos transmiten estas personas que se han ido en lo mejor de sus vidas es un mensaje que quiere hacer reaccionar a toda la sociedad para decir: 'Basta ya'». El empresario madrileño volvió a insistir: «Hay que castigar a los individuos que no sepan estar a la altura de nuestra sociedad, y ponerlos donde se debe, que es entre rejas». Antes de besar el retrato de su hija mientras recibía el aplauso unánime de todos los presentes, Juan Carlos Quer añadió: «Mi hija está sonriendo desde el cielo porque con su tragedia hemos construido una sociedad mejor».
Música y poesía
Un dúo de bombardino y piano de la Banda Municipal de A Pobra se encargó de poner la nota musical con la interpretación de Negra sombra y Yesterday, dos temas elegidos especialmente para este homenaje y que llenaron todavía más de emotividad el recinto, un momento en el que muchos de los asistentes no pudieron reprimir las lágrimas, al igual que sucedió durante la lectura de una poesía escrita para la ocasión por la joven pobrense Irene Fernández.
Previamente, había tomado la palabra el regidor del municipio, Xosé Lois Piñeiro, que quiso dar el pésame a la familia. «Es imposible expresar el dolor que sufrimos. En nuestra mente estaba siempre Diana esperando esa noticia que nunca llegó. Sentimos que haya sido en este lugar donde se ha producido el crimen, pero lo que más sentimos es que haya tenido lugar el crimen, da igual aquí o en otro sitio». Piñeiro hizo un alegato contra la violencia machista y afirmó que todas las mujeres tienen derecho a vivir «y a pasear libremente, y una chica a poder ir tranquilamente hasta su casa. Nadie más tiene la culpa que esa persona, tomada por el demonio, como dijo el cura, aunque yo creo que era malvado». Por último, el alcalde pobrense también hizo referencia a la mala imagen que se ha dado de la localidad y la comarca coruñesa, pero consideró que «era algo secundario: lo peor fue la pérdida de Diana Quer».