Glorietas por las que vale la pena un atasco

raquel iglesias RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Guiños al mundo del mar y hasta un león convierten estas infraestructuras de la capital barbanzana en exposiciones al aire libre

27 ene 2018 . Actualizado a las 08:59 h.

Leones y sirenas sobre las rotondas de Ribeira. La ciudad ha sabido aprovechar estas infraestructuras viarias para rendir distintos homenajes y, de paso, alegrar la vista a quienes viven pegados al volante. El barco que luce en la glorieta de Xarás, a la entrada y salida de la autovía de Barbanza, es solo un ejemplo del cariño que sienten sus vecinos por los trabajadores del mar. La embarcación fue donada por un marinero de Aguiño, que la bautizó con el nombre de O Duro, y que no quería llevarla al desguace al conservarse en buen estado.

La poutada y la sirena que se emplazan en el barrio de Abesadas también son todo un símbolo para la ciudad. En el caso de la ninfa, que mide nada menos que ocho metros de altura, cabe destacar que fue trasladada desde la antigua vía rápida, ya que el proyecto de construcción de la autovía preveía su paso por los terrenos en los que estaba colocada.

El trabajo en el campo

Sin tener carácter marinero, también llama la atención el león de Padín. A principios del 2000 se anunció que el gobierno local modificaría la circulación en el casco urbano para evitar atascos y las rotondas se perfilaron como la mejor alternativa para poner fin a los problemas viarios. Se decidió entonces colocar el felino en el centro de la glorieta. También en Xarás, concretamente en el acceso al polígono industrial, hay una en la que se reparten distintos útiles para el trabajo en el campo. Y es que, no solo el mar se hace un hueco entre los coches.

Gran revuelo causó en los noventa la inauguración de la escultura que ensalza la labor de las amas de casa. Personas llegadas de distintos puntos de la Península y de más allá se acercaron a Ribeira para verla.