Barbanza vuelve a la escala Richter

raquel iglesias RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MATALOBOS

Un terremoto de 2,3 grados sacudió ayer el municipio de Outes y trae al recuerdo los episodios vividos en Porto do Son, donde la tierra está en calma desde hace un año

26 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La tierra vuelve a temblar en Barbanza. Después de un año tranquilo en lo que a sismología se refiere, la comarca ha vuelto a aparecer en los registros que elabora el Instituto Geográfico Nacional. Concretamente es Outes el concello que se ha colado en el listado de los municipios españoles que registran actividad sísmica de una magnitud igual o superior a 1,5 grados en la escala de Richter, y que actualiza este organismo oficial. El concello superó esta cifra con creces al producirse un terremoto de 2,3 el pasado miércoles, cuando faltaban algo más de quince minutos para las ocho de la tarde.

Este episodio vuelve a poner en alerta a los barbanzanos. Aunque en la comarca no se han producido seísmos de gravedad, en los últimos años Porto do Son fue el epicentro de movimientos sísmicos que rozaron los tres grados de magnitud y que causaron temor. Uno de los más significativos se produjo el 27 de noviembre del 2013, cuando los vecinos sintieron como sus casas se movían y llegaron a producirse pequeños daños materiales.

Volviendo a los datos que publica el Instituto Geográfico Nacional, cabe destacar que aunque el concello sonense llegó a acaparar el listado -siendo incluso el municipio español con más terremotos entre finales del 2015 y principios del 2016-, en el 2017 llegó la calma y su nombre dejó de aparecer en los registro, al igual que ocurrió con A Pobra do Caramiñal, otro de los ayuntamientos que también se ha dejado ver en los últimos años en estas publicaciones. Echando la vista más atrás, algunos todavía recuerdan el terremoto ocurrido en Noia en 1973 que alcanzó una magnitud de 3,3 grados en la escala de Richter o el que pudo sentirse en Corrubedo en el 2008, y que llegó a marcar 3,7.

Récord en el 2013

Nada menos que 36 seísmos llegaron a registrarse en Porto do Son a lo largo del 2013. Fuentes consultadas del Instituto Geográfico también han destacado los informes del 2016, donde en este término se produjeron una decena de movimientos, si bien el año anterior fueron 9. Aunque la calma llegó en 2017, el 2016 fue especialmente turbulento en el conjunto de la comarca, donde Boiro y A Pobra también figuran en las estadísticas con seísmos que superaron los 2 grados en la escala de Richter.

«El terreno está muy fracturado y eso explicaría los movimientos»

Aunque los expertos coinciden al señalar que los terremotos todavía no se pueden predecir, todo apunta a que Porto do Son volverá a ser el epicentro de nuevos seísmos. El caso de este concello lo conocen bien en el Instituto Geográfico Nacional y la experta Lucía Lozano cree que la tranquilidad del último año no significa que los movimientos telúricos vayan a dejar de producirse: «Que no haya habido episodios en todo un año no significa que no se vayan a volver a registrar. En casos como el de Porto do Son estos períodos de calma son frecuentes, ya que se necesitan para que los materiales y terrenos acumulen fuerzas y luego puedan liberarla». No hay fallas cartografiadas en la zona, pero la sismóloga tiene una explicación para lo que ocurre en Porto do Son: «El terreno está muy fracturado y eso explicaría los movimientos, hay como enjambres».