La necesidad de conciliar aumenta la asistencia a comedores escolares

BARBANZA

MARCOS CREO

El rianxeiro Castelao está saturado, y en A Picota tuvieron que hacer «filigranas»

24 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No caben más platos en el comedor del colegio Castelao cuando llega el mediodía. El servicio está saturado en este centro rianxeiro y son seis las familias en lista de espera, a las que la conciliación se les ha puesto un poco más cuesta arriba este curso. Las instalaciones, gestionadas de forma directa por la Xunta, cuentan con gran demanda y no es la primera vez que las plazas se quedan escasas. Al contrario de lo que ocurre en otros centros, donde el descenso de la matrícula se ha traducido también en sitios libres a la hora de comer, en este de Rianxo los fogones trabajan a pleno rendimiento para atender la demanda. Aunque se trata del caso más significativo de la comarca de Barbanza, hay otros colegios en los que se las han tenido que ingeniar para acoger a todos los demandantes.

En A Picota de Mazaricos la saturación varía en función del grupo al que se le sirva la comida. Y es que, aunque sobran plazas para atender a los alumnos de secundaria, tuvieron que hacer «filigranas» para acomodar a los más pequeños, tal y como se asegura desde el centro. Con todo, este curso no hay lista de espera. Una situación similar se da en el centro Cernadas de Castro de Lousame, donde aunque no fue necesaria la baremación, las mesas de los niños de infantil y primaria están «a tope», según informaron desde la dirección.

Cabe destacar que el colegio Praia Xardín de Boiro, uno de los más saturados de la comarca, ha podido atender toda la demanda de comedor este curso. El descenso de la matrícula sí ha contribuido en este caso a aliviar la saturación del servicio.

Grandes diferencias

El coste es el principal motivo por el que las instalaciones de la Xunta están más saturadas que aquellas que gestionan las asociaciones de padres. Para muestra, un botón. En los comedores del primer grupo hay inscritos un total de 1.594 usuarios.

En el colegio O Grupo tendrían capacidad para ofrecer la comida a 70 alumnos, y a día de hoy son 40 los usuarios. En el Salustiano Rey de A Pobra también sobran plazas.

Xosé Luis Cebreiro: «Ata facemos sorteos de prazas cando hai empate no baremo»

El responsable del comedor del colegio Castelao de Rianxo, Xosé Luis Cebreiro, sabe mejor que nadie los problemas a los que se enfrentan en el centro cuando llega la hora de adjudicar las vacantes: «Ata facemos sorteos de prazas cando hai empate no baremo e dous demandantes teñen a mesma puntuación». El comedor del centro rianxeiro, que cuenta con cocina propia, tiene capacidad para 214 escolares, pero la saturación es una constante cada curso. Pese a todo, Cebreiro cree que el cálculo no siempre favorece a quienes tienen más necesidad de conciliar, y que se ha dado el caso de padres que inscriben a los niños en el servicio al estar convencidos de que en el colegio comen mejor que en casa.

«E mentres se dan estas situacións, outros que necesitan o servizo porque non teñen maneira de arranxar quedan fóra», reconoció Xosé Luis Cebreiro.

Los centros ofrecen actividades después de comer para alargar la hora de recogida de los padres

Dos padres que trabajan hasta las tres de la tarde y no cuentan con apoyo familiar para recoger a los pequeños en el colegio cuando salen del comedor. Se trata de un problema común al que algunos centros ya han dado solución. En el ribeirense O Grupo, varios monitores ofrecen actividades de entretenimiento para los más pequeños hasta las cuatro, de manera que los progenitores cuentan con más facilidades. Además, a continuación se llevan a cabo las conocidas como clases extraescolares.

Los problemas a los que se enfrentan las familias cada día para poder conciliar la vida laboral y familiar son múltiples y dispares, por lo que los centros de la comarca de Barbanza ya han comenzado a buscar soluciones, más allá de ofrecer un servicio de comedor tras la jornada continua.