La flota se redujo un 36 % desde la apertura del libre marisqueo

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

El cambio a otras artes se ha intensificado este ejercicio ante la escasez de recurso

23 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Es tradición: con el cambio de año, parte de los barcos que habían despedido el 2016 en el marisqueo a flote dejan de lado el raño y se dedican a otras artes que les resultan más rentables. Este enero, la ecuación no falla, y desde el pasado día 15 la migración de embarcaciones hacia otros sectores ha sido particularmente intensa. ¿La razón?. La precaria situación en la que se encuentran los bancos de libre marisqueo de la ría. Así que, si en octubre eran 674 los barcos que iniciaban la campaña, ayer fueron solo 426 los que acudieron a su cita con el raño.

«É normal que en xaneiro haxa movemento de xente dunha arte a outra, pero este ano nótase máis», argumentaba el patrón mayor de la cofradía de A Illa, Juan Rial Millán. Sus palabras las suscribe su homónimo de Cambados, Ruperto Costa, quien señaló que «os mariñeiros intentan recolocarse. Non só marchan para outras artes, senón que desta vez hai máis xente que nunca indo á ameixa rubia», que se captura fuera de los grandes bancos de libre marisqueo. Y es que Os Lombos, O Bohído y Cabío están en situación de colapso.

«No río -relata Millán- hai moito recrutamento, pero o marisco que hai non dá a talla comercial». En el banco que se extiende entre Vilanova y A Illa, el sobreesfuerzo de los últimos años ha dejado el recurso al límite. Y otro tanto se puede decir de la amplia zona que se extiende ante A Pobra. «En realidade, os únicos puntos que están soportando esta campaña máis ou menos son as zonas pequenas; o resto están moi mal», razona el patrón isleño. De nuevo, sus palabras encuentran eco en el resto de los puertos desde los que opera la flota de libre marisqueo.

La situación no es fácil: llegar a marzo, mes en que se cierra la actividad, será complicado para los mariscadores arousanos. Pese a ello, cofradías como las de Cambados y A Illa consideran que es mejor afrontar el tiempo que queda que intentar un cese de actividad subvencionado que acabaría causando un auténtico barrizal en el sector.

De los 817 barcos que iniciaban la campaña en el 2011, a los 674 de ahora

La crisis del libre marisqueo no es nueva. Se presentó en el año 2012, cuando la llegada de la «marteilia» arrasó los bancos de berberecho, y se ha extendido al verse la flota obligada a concentrarse en otros puntos de la ría, que se hallan ahora extenuados. Esa realidad se deja notar en los números. En el año 2011, antes del gran batacazo, iniciaron la campaña de libre marisqueo en Arousa un total de 817 embarcaciones. El pasado mes de octubre fueron 647 los barcos que bautizaron el raño. El número fue aún menor en el año 2015, cuando la campaña tuvo que desarrollarse con el banco de Os Lombos, el pulmón del marisqueo arousano, cerrado al trabajo dada su crítica situación productiva. Con el paso del tiempo, este escenario parece haberse vuelto permanente.