Una montaña rusa de aceras entre Rebordelo y Cariño

Ana Lorenzo Fernández
a. lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Socavones, suelo agrietado y bordillos destrozados son algunos de los obstáculos que deben salvar los peatones

12 ene 2018 . Actualizado a las 12:31 h.

Llegar a pie hasta Cabo de Cruz puede convertirse en una verdadera odisea si se tiene en cuenta el mal estado que presentan varias aceras, sobre todo las que recorren los núcleos de Rebordelo y Cariño, y que son de titularidad de la Diputación coruñesa. Además del color rojo que permite identificarlas sin ningún problema, existen dos tramos bien diferenciados: uno nuevo que está en mejores condiciones, y otro viejo que sufre de múltiples dolencias.

En este último, los peatones tienen que entrenarse para superar una auténtica carrera de obstáculos, que empieza con un terreno con bastantes desniveles que lo convierten en una especie de montaña rusa con pequeñas subidas y bajadas. Además, en numerosas zonas el firme está agrietado, e incluso puede encontrarse un socavón en el medio de la acera, que es una verdadera trampa para los viandantes que no se percaten de su existencia. También faltan muchos árboles que adornaban el recorrido, y algunos de los que todavía permanecen plantados han roto el suelo con sus raíces, provocando que el entorno presente un estado bastante deteriorado.

La zona más nueva tampoco se libra de los problemas, ya que los bordillos que delimitan la acera a uno y otro lado presentan múltiples roturas, a lo que se unen algunos accesos en mal estado, sobre todo el que permite llegar a una playa. La suciedad también es recurrente en todo el trazado, algo a lo que han contribuido las lluvias de los últimos días, ya que las hojas y ramas que se han desprendido se han sumado a la basura que ya estaba sin recoger.

Mención aparte merecen el cruceiro, la fuente y el lavadero que se encuentran justo a la entrada de Cariño, y a los que le hace falta un repaso. La piedra en la que están construidas muestra un color bastante oscuro por falta de limpieza y mantenimiento, y la zona que da acceso al manantial está totalmente llena de socavones por los que se cuela el agua.

Cuando llegue el buen tiempo

El alcalde boirense, Juan José Dieste, explicó que las aceras son de titularidad provincial, y que -hace tres años- ya se le pidió que arreglaran todas al mismo tiempo, pero la Diputación decidió hacerlo por tramos. En este sentido, desde el organismo que preside Valentín González Formoso se anunció ayer que en cuanto llegue el buen tiempo se procederá a mejorar aquellas más viejas que se encuentran en peor estado.

Sobre las deficiencias que presentan el lavadero y la fuente, el regidor boirense recordó que se están llevando a cabo unas obras para canalizar el agua, puesto que hasta hace poco se inundaba constantemente todo el entorno. Además, apuntó que cada cierto tiempo se realizan tareas de limpieza en la zona.