Los Reyes Magos cumplieron con la tradición de acudir a las misas oficiadas en las parroquias boirense y pobrense
09 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Hicieron su entrada triunfal en Barbanza el viernes, sobre decoradas carrozas, justo antes de iniciar el reparto de regalos puerta a puerta. Pero, tras la ajetreada noche, los Reyes Magos no quisieron abandonar la comarca sin hacer las paradas de rigor en las iglesias. En su hoja de ruta, Melchor, Gaspar y Baltasar incluyeron, como siempre, los templos de Lampón y San Isidoro de Posmarcos, donde fueron recibidos por el cura de ambas parroquias, Marcelino Sánchez, y por sendos grupos de feligreses que no quisieron perder la oportunidad de ver de cerca a Sus Majestades.
En Lampón, los Reyes Magos se sumaron a un belén viviente que se montó en el interior de la iglesia. Estos invitados de excepción siguieron una liturgia animada con villancicos y aderezada por lecturas. Ellos fueron los encargados de ofrecer a los presentes la imagen del Niño Jesús en el momento del besado.
El coro parroquial, con Francisco Santamaría al frente, puso la nota musical a una celebración calificada de emotiva por el párroco.
Reparto de caramelos
La misa, que concluyó con el consabido reparto de caramelos, fue el broche perfecto a las celebraciones navideñas en la parroquia y, particularmente, a la cabalgata del día anterior. Y es que el desfile que cada año recorre las calles de Boiro parte precisamente de Lampón, donde un grupo de feligreses se afanan para poner a punto los carruajes de Sus Majestades y conseguir así que luzcan en todo su esplendor.
Las escenas que se vivieron en la misa de Reyes de Posmarcos fueron muy similares a las de Lampón. Allí Sus Majestades también se encargaron de sostener al Niño Jesús, que fue besado por buena parte de los fieles presentes, y repartieron caramelos. Incluso se brindaron a hacerse una fotografía con los feligreses más pequeños, que fueron los que más disfrutaron con la visita real.