El temporal dispara el precio del pescado y desabastece las plazas

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

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Especies como el lirio o el chincho prácticamente han duplicado su cotización en lonja

06 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El mal tiempo que desde finales del pasado año afecta a la comarca ha permitido paliar los efectos de la sequía, pero ha disparado el valor del pescado y dejado una imagen desoladora en los mercados de abastos que, debido al amarre de la flota, casi no tienen mercancía para despachar. En la plaza de Ribeira, por ejemplo, ayer solamente estaban abiertos cinco puestos, y en un par de ellos la cantidad de pescado que se ofertaba era prácticamente testimonial. Sin embargo, no faltaba la clientela, que se arremolinaba allí donde había producto para adquirir.

Tanto compradores como vendedores reconocían que se ha registrado un aumento de precios, motivado tanto por las celebraciones navideñas como por el hecho de que la mayor parte de la flota lleva más de una semana sin salir a faenar. Una vecina de Ribeira afirmaba: «Normalmente collo o quilo de carioca a seis euros, e agora está a sete».

No es la especie que más ha incrementado su valor. El encargado de subastas de la lonja ribeirense explica que la caja de lirio, de 16 kilos, alcanzó un precio máximo de 58 euros, casi el doble de lo que puede costar normalmente. El valor medio fue de 45 euros, muy por encima del habitual.

El lenguado

El lenguado también está por las nubes, con una cotización media de 21 euros, frente a los 15 a los que se venía pagando. En el mercado ribeirense podía encontrarse ayer a 22 euros y vendedores como Marisa Fernández o José Ramón Vázquez aseguraban: «Procuramos non subir os prezos para que a xente se anime a comprar. A marxe que nos queda é mínima». En la plaza de abastos de A Pobra estaba algo más caro, a 25 euros

Representantes de la lonja de Ribeira indicaron que el 80 % del pescado que se subasta estos días procede de tres o cuatro barcos. Buena parte de los arrastreros y de las embarcaciones de cerco grandes han aprovechado para parar. Por su parte, la flota de artes varias no puede salir al mar debido al mal tiempo y las bakas que van a faenar consiguen unas capturas mínimas.

Después de varias jornadas sin acudir a su puesto en el mercado de A Pobra por falta de mercancía para despachar, Lolita Rivas sí abrió ayer. Sin embargo reconocía que no tenía demasiada cantidad de producto: «A especie con maior demanda é a raia, pero tamén é da que hai máis cantidade». En cuanto a los precios, apuntaba: «Están un pouco máis altos do habitual».

Lolita Rivas explicaba que sus ingresos se han visto sensiblemente afectados: «Estes días perdín de gañar porque non houbo actividade. Ao haber temporal é o que sucede. Non podemos facer nada». Al mismo tiempo, destaca que la escasez de especies también merma el consumo.

A partir de ahora, comentan los placeros, llega una época de declive en las ventas. Al margen de que a partir de la semana que viene pueda producirse una mejoría en el tiempo que permita salir a trabajar, los comerciantes señalan que la resaca navideña motiva que descienda la adquisición de pescado.

Mariscos como la almeja o la centolla todavía mantienen unas cotizaciones elevadas, debido también al descenso de las capturas de estas jornadas.

Los mariscadores de Ribeira, que han visto como la almeja roja se pagaba a 16 euros en la plaza, se mostraban satisfechos, sin embargo, del valor que ha tenido durante las fiestas.

«No he podido trabajar en toda la semana, supone un varapalo importante»

Irene Ríos, pescantina de Boiro

De manera forzosa, la pescantina Irene Ríos, que tiene un puesto en el mercado de abastos de Boiro, se ha visto obligada a tomarse unas vacaciones: «No he podido trabajar en toda la semana, supone un varapalo importante».

Indica que la cantidad de producto disponible era muy poca y que, además, «los precios eran bastante elevados». Estas dos circunstancias propiciaron que decidiera no abrir, pese a que reconoce que «tengo una clientela fija que no me falla, y si hubiera tenido mercancía podría haberla despachado».

Señala que su situación es la misma que la de otros comerciantes, aunque indicaba que en la instalación boirense sí hubo profesionales que decidieron continuar con la actividad. Ahora confía en que la situación mejore las próximas semanas y que los barcos puedan salir a faenar. Explica que los gastos deben afrontarse igual, por lo que es preciso ingresar.