Los nacimientos en el hospital caen a mínimos históricos

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Durante el 2017 se atendieron 318 partos, el peor registro en los cerca de 20 años que lleva operativo el complejo asistencial

05 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El 2017 acaba de despedirse con el peor registro en el número de nacimientos del hospital barbanzano en sus casi dos décadas de historia, ya que solamente se produjeron 318 partos, lo que supone 43 bebés menos que en el ejercicio anterior, y 139 de diferencia con respecto a los 457 que vinieron al mundo en el 2001, que fue el año en el que el complejo sanitario comarcal marcó sus mejores cifras.

Sin embargo, aunque la caída de la natalidad es una realidad que lleva azotando a la comunidad gallega en las últimas décadas, no siempre ha tenido su fiel reflejo en el número de recién nacidos en Barbanza, puesto que el centro hospitalario de Oleiros ha sufrido continuas ascensos y caídas en el número de partos. Así, durante los primeros años de actividad ?del 1999 al 2001? la cifra de niños fue en considerable aumento, para disminuir en el ejercicio siguiente y volver a registrar luego dos años de subida y otros tantos de bajada, un ciclo que se volvió a repetir hasta el 2009.

Sin embargo, los peores momentos de la crisis dejaron una buena huella en la natalidad barbanzana, ya que a partir del ejercicio siguiente el descenso en el número de alumbramientos fue constante. Solo se salvó el 2015, cuando hubo una ligera recuperación ?con 369 bebés? que logró mantenerse al curso siguiente con 361, pero que se desplomó en el 2017, con 318.

El mes de julio del 2009 fue en el que hubo una mayor actividad en las salas de partos del hospital comarcal, con 49 niños, seguido de octubre del 2008 y del 2010, con 48 en ambos casos. Por el contrario, marzo y diciembre del 2017 se convirtieron en los períodos en los que se contabilizaron menos nacimientos, con apenas 17 y 19 bebés, respectivamente.

Madres cada vez mayores

Otro de los datos más destacables es que la edad de las madres que acuden al complejo de Oleiros no ha parado de crecer. Aunque la cifra media está en torno a los 32 años, a lo largo de estas dos últimas décadas han dado a luz en el hospital de Barbanza mujeres que ya habían soplado las 47 velas, e, incluso, las 50. En contraposición, también hubo casos de adolescentes que con apenas 13 años se estrenaban en la maternidad.

Asimismo, hay que destacar que en todos estos años solamente se ha registrado un parto múltiple -en el 2015- en los quirófanos del centro médico, una situación que se explica porque los embarazos de riesgo suelen ser derivados al CHUS, donde se dispone de una infraestructura sanitaria más adecuada para atender este tipo de casos, que pueden derivar en complicaciones. En cuanto al peso de los recién nacidos del último año, la diferencia supera los dos kilos entre los bebés que vinieron al mundo con apenas 2,190 y los que superaron los 4,500.

Fomentar la lactancia materna y el parto natural han sido dos de los objetivos del área de pediatría del hospital de Barbanza desde su puesta en funcionamiento, además de seguir formando a todo el personal para ofrecer los mejores cuidados a las madres y a los recién nacidos.

De hecho, estos han sido algunos de los motivos por los que muchas parturientas, incluso de fuera de la comarca, han elegido el complejo de Oleiros para traer al mundo a sus hijos, aunque esto no ha sido suficiente para mejorar unos registros de nacimientos, que van en caída libre.

Un problema difícil de atajar (Sálvora)

La crisis económica vino a dar la puntilla a un problema que ya se está convirtiendo en endémico en Galicia, y también en Barbanza: no nacen niños. El motivo no solo radica en el esfuerzo económico que supone criar a un hijo, sino que los padres cada vez tienen menos tiempo para poder atenderlos. En el mejor de los casos, los abuelos y el resto de la familia pueden echar una mano, pero no siempre es posible. Y, las ayudas a la conciliación son eso, simples aportaciones económicas que no pueden sustituir ver crecer a los más pequeños. En lugar de tanta subvención, ¿no sería mejor cambiar la organización laboral y apostar por iniciativas que permitan atender a los hijos?