El conjunto arrancará el 2018 fuera de los puestos de descenso, después de cuajar un arreón de buenos resultados
02 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La solvencia como entidad del Noia Portus Apostoli permitió que el club, uno de los más desarrollados institucionalmente de la comarca, pudiese conseguir, en los despachos, el ansiado ascenso a Segunda División. Anteriormente lo había pretendido en la cancha, pero, una vez más, la suerte les fue esquiva. Con Julio Mougán al frente, el bloque, que ha vivido momentos de zozobra este ilusionante curso, ha dado un paso al frente en la recta final del año para lograr el único objetivo marcado: la salvación.
«La ilusión y la experiencia nos llevó a ser un buen equipo las tres primeras jornadas. El Valdepeñas fue el primer grupo que nos mostró lo que era la Segunda División», reconoce el propio Mougán, técnico elegante, de verbo suelto y de trato amable, que se ha marcado una meta tan ilusionante como complicada.
«Seguimos manteniendo que el único objetivo es militar la temporada 18-19 en Segunda División. Debemos intentar que sea en el menor tiempo posible, ya que, de hacerlo, traerá el regalo de poder disfrutar tranquilamente de la categoría», afirma el míster, que apunta una clave: «El municipal de Noia tendrá que ser ese fortín donde se escapen el menor número de puntos. Debemos ser fuertes como locatarios y mantener el nivel defensivo».