Los corredores, que se midieron a 1.700 personas, lograron sendos oros tras vapulear las marcas de los ganadores en las pasadas ediciones
18 dic 2017 . Actualizado a las 12:14 h.A pesar de que la mañana se presentó gélida, 1.700 corredores llegados de todos los puntos de Galicia se dieron cita ayer en el muelle de Portosín. El motivo no fue otro que la celebración de la sexta edición de la carrera Sin-Son 10K, cita que atrajo a nombres propios del atletismo gallego. Entre todos los participantes, dos brillaron con luz propia, el luso Nuno Costa y la viguesa Ester Navarrete, que mordieron el oro después de vapulear las marcas históricas de las pasadas ediciones, estableciendo un nuevo récord para una prueba que sigue sumando adeptos.
El campeón masculino paró el cronómetro en 29:48, mientras que la primera en femenino lo hizo en 34:35. Los podios los completaron David Santos Domínguez, con una marca de 30:03 que le valió una plata, mientras que Esther Rodríguez Díaz firmó un 36:03 para morder el mismo metal. Pablo Bocelo finalizó en 31:29 y se subió al tercer escalón del podio, lo mismo que Clarisse María Pinho, que traspasó la línea de meta después de 36 minutos y 28 segundos.
Fueron Nuno Costa y David Santos Domínguez los que firmaron la batalla más bonita de la mañana. Después de descolgarse del pelotón tras pasar Portosín y escaparse en solitario, rodaron al mismo ritmo durante un buen tramo. Pasado un kilómetro, el portugués, que estuvo a punto de no ir a la carrera por un proceso febril, subió una marcha, descolgándose del deportista del Verxel Nutrición. La jugada le valió para coronarse como el mejor corredor de los seis años de historia de la Sin-Son.
Las anécdotas
El padrino de esta edición, el triatleta Iván Raña llegó al muelle de Porto do Son en sexta posición, completando una competición para enmarcar. La cita también contó con participación política, ya que el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, al igual que los regidores de Ribeira y Porto do Son, Manuel Ruiz y Luis Oujo, disfrutaron de una mañana en la que Costa y Navarrete hicieron historia.
Al término de la prueba, familias y participantes charlaban con una sonrisa en la cara. Reconocieron que el esfuerzo había merecido la pena.