Rubén Fernández: Un boirense de récord Guinness

Francisco Brea
Fran brea RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Fernández recorrió, junto a una veintena de palistas, más de 260 kilómetros en 24 horas a bordo de un «dragonboat»

14 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Todo el mundo quiere tachar cosas de su lista de qué hacer en la vida y a mí siempre me llamó la atención el tema del récord Guinness», comenta Rubén Fernández (Boiro, 1998). Pues el boirense ya se ha «sacado esa espina», como afirma, ya que ahora tiene en su poder un diploma -que le dieron al acabar, aunque para hacerse con el certificado oficial tendrá que pagar 25 euros- que acredita su logro, y su nombre aparecerá en el famoso libro en el que se incluyen increíbles hazañas.

Para conseguirlo, Fernández participó con un equipo murciano en una aventura que les llevó a recorrer más de 243 kilómetros en 24 horas a bordo de un dragonboat -una embarcación tradicional china en la que se suben entre diez y veinte palistas-. «Hicimos 266 kilómetros, la marca la superamos con dos horas de margen, pero estábamos obligados a completar las 24», explica el barbanzano.

A pesar de la distancia que tuvo que recorrer Rubén, y la veintena de deportistas que le acompañaron, no llegó muy lejos. El grupo batió el récord en Torrevieja, en el muelle: «El mar estaba como un plato e hicimos rutas cortas y monótonas, eran vueltas de 1.400 metros».

Esta no es la primera experiencia del deportista de Boiro con el dragonboat: «Empecé en los dragones porque me llamaron del equipo de Murcia y me hice amigo de ellos. Ya contaron conmigo para varias cosas y fui un par de veces allá y en verano a Francia. Avisan a gente de piragüismo para rellenar el barco, porque muchas veces somos los que más tiramos».

Un logro no exento de dureza

Rubén superó el reto a principios de noviembre y comenta que «había opción de dar relevos, pero fue muy duro. No podías salir del barco cuando querías y solo remabas de un lado, por lo que acababas reventado por la postura». Los deportistas se subieron a la embarcación a las 21.00 horas: «Hacía frío y la noche fue una locura, poco se pudo dormir. Intentas descansar, pero solo el hecho de estar allí ya te lo impide».

Además del esfuerzo físico, el aspecto psicológico también fue muy importante ya que «era muy monótono. Había una lancha que nos acompañaba para tener referencias de como íbamos con respecto al récord». En este sentido, Fernández reconoce: «Constantemente piensas en parar de remar, pero si lo haces no solo te perjudicas a ti, sino que fallas al equipo. El espíritu de grupo tuvo un papel fundamental». La alimentación también fue una parte importante. Para exprimir el cuerpo es necesario tener energía y para ello «había unas voluntarias que cocinaban y nos traían platos de pasta para reponer fuerzas».

La verificación

Batir un Guinness conlleva un proceso. Existen jueces que tienen que verificar que el reto se ha superado, aunque eso no sale gratis: «Vino solo un juez, porque el hecho de que acudan personalmente es caro. Había muchas cámaras para grabar todo ininterrumpidamente y ahora tienen que comprobar que se hizo correctamente. Por eso creemos que lo verificarán en enero».

El barbanzano no viajó solo desde Galicia: «Fuimos cuatro personas desde aquí, lo que valió también para compartir gastos porque los peajes y el coche lo asumimos nosotros. No te dan dinero, es más, lo perdí, pero es algo que quería hacer en mi vida».

En busca de una plaza para el europeo

Actualmente, Rubén Fernández estudia psicología en Santiago de Compostela. Por ello, abandonó el Centro Galego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra y ahora milita en el club As Torres de Catoira: «Me ofrecieron volver, pero escogí estudiar psicología. Entrenar tanto es una época que ya pasó, este cambio de aires me vino bien». En Compostela hay siete integrantes del equipo de Catoira y «los martes y los miércoles vamos en furgoneta a prepararnos». La próxima temporada, el boirense tiene como meta hacer un buen papel en el selectivo para ganar una plaza en el europeo de pista.