Un mirador a la ría de Arousa deslucido por el abandono urbanístico

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

La zona pobrense está incluida en un proyecto de recuperación de Costas que se ha visto retrasado por la falta de presupuestos estatales

13 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocas personas puede haber que no admiren la belleza de rías como la de Arousa, que en la comarca puede contemplarse desde muy diversos ángulos y lugares. Uno de ellos es el paseo pobrense de O Areal, balcón de unas siempre amigables aguas, que tanto se aprovechan para servir de sustento económico mediante la recogida de bivalvo, como para darse un chapuzón o, si se prefiere, practicar la náutica.

Sin embargo, la panorámica sobre la fértil ría se ve empañada, al otro lado de la calzada, por la fachada urbanística, testigo ahora decadente de épocas mejores. A lo largo del trazado peatonal, en dirección al casco urbano de la villa, el recorrido ofrece al transeúnte la visión de una sucesión de naves que van desmoronándose de manera paulatina. La estampa marítima pierde parte de su encanto. Menos mal que en el tramo final del trayecto, justo al lado de una construcción que no se sabe cuánto tiempo más aguantará en pie, aparecen un par de casas, especialmente una, que conserva intactas las tradicionales galerías gallegas, con su correspondiente color blanco y con el lateral de la casa empapelado con conchas de vieira, para que no falte detalle.

Después de haber regenerado la marisma de As Xunqueiras, la segunda fase del proyecto redactado por el Ministerio de Medio Ambiente preveía ampliar el paseo de O Areal. Además, de modificar parcialmente el trazado de la calzada, la actuación de Costas incluía el derribo de tres antiguas fábricas, que figuran en el catálogo municipal de bienes protegidos.

Sin novedades

El anuncio de demolición de las construcciones fabriles generó una oleada de alegaciones, hasta del Colexio de Arquitectos de Galicia. El actual gobierno local afirmó que presentaría a la Administración una propuesta alternativa para su reutilización.

Sin embargo, el tiempo pasa y, por una parte, nada se sabe de la segunda fase del proyecto de regeneración de la zona, como tampoco de la alternativa de uso de las fábricas, si es que Costas acepta mantenerlas en pie.

Las obras parece que tardarán en llegar al lugar porque los presupuestos del Estado continúan sin aprobarse y tampoco existe constancia de que la inversión prometida vaya a materializarse.

Por si fuera poco, parece que algunos titulares de propiedades en esa manzana mantienen desde hace tiempo un rifirrafe con Costas, precisamente sobre la titularidad de las mismas.

A este paso, para cuando se logren resolver los contratiempos ya no habrá naves que preservar. Basta con mirar las famosas fábricas para comprobar que ahora tienen menos elementos en pie que cuando empezó el proceso, y no son los únicos inmuebles que se van cayendo.