Un recinto industrial con las principales necesidades cubiertas

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

El mantenimiento es el adecuado en un parque empresarial en el que, pese a estar vendidas, aún quedan parcelas vacías

12 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En su día, la lista de deficiencias en los servicios -con las consiguientes quejas de los propietarios- en el polígono industrial de Espiñeira era larga, sobre todo en la segunda fase del recinto de naves, finalizada en la primavera del 2009. Sin embargo, poco a poco, esa relación de carencias se ha ido acortando y actualmente las principales necesidades del parque empresarial boirense están cubiertas. O eso al menos se desprende tras un recorrido por un área en la que, con todo, siguen quedando parcelas vacías.

Que estén sin ocupar no quiere decir que los solares no tengan dueño. De hecho, no queda suelo disponible en Espiñeira, pero sí hay amplias superficies de terreno sin construir y, aunque muchas están debidamente adecentadas e incluso cuentan con cierres, en otras abunda la maleza o se acumulan desechos.

En lo que respecta al mantenimiento del recinto de naves, a grandes rasgos, es el adecuado. Zonas ajardinadas y rotondas están desbrozadas y, en general, el espacio luce razonablemente limpio. Eso sí, el paso de la borrasca Ana también ha dejado su huella y en muchos puntos ayer se acumulaban montones de hojas caídas de los árboles, y los restos de ramas también acabaron en las aceras del acceso principal al polígono industrial.

Otra de las sombras del parque empresarial boirense se encuentra junto a la rotonda que comunica con la segunda fase, donde en su día se habilitó una especie de área de esparcimiento con papeleras y bancos. El estado de este espacio deja bastante que desear, sobre todo en lo que respecta al cierre de madera que lo cercaba y a los recipientes para depositar los desperdicios.

Mejora viaria

Lo que sí ha mejorado en los últimos años es el estado de las carreteras. Una actuación ejecutada entre finales del 2014 y principios del 2015 eliminó los baches sembrados a lo largo, sobre todo, del acceso principal al recinto de Espiñeira, y además se procedió al pintado de las marcas viarias. También se colocó señalización, y ahora unos indicadores luminosos advierten de la presencia de peatones y del límite de velocidad. Tras esta intervención, el único punto en el que convendría actuar sobre el firme está en la segunda fase del polígono.

En cuanto a las comunicaciones viarias, también se produjo un cambio significativo con la ejecución del acceso que comunica las instalaciones de Espiñeira con Comoxo, en la carretera que va a Noia. Esta demandada obra tardó años en ejecutarse, mientras que para la conexión de las dos fases del polígono hubo que buscar una alternativa.