Antonio Antela: «El diagnóstico de nuevos casos con VIH es todavía elevado, inaceptable»

joel gómez SANTIAGO/LA VOZ

BARBANZA

XOAN A. SOLER

El especialista en enfermedades infecciosas dice que el 95 % de las casi 900 personas que tratan en el CHUS están asintomáticas

28 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Día Mundial del Sida que se celebra este viernes servirá para reclamar el derecho a la salud que tienen todas las personas. «Eso supondría reducir la epidemia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH). La ONU se propone que en el año 2030 no haya ninguna infección, ninguna muerte por sida y ninguna persona con sida discriminada. Para ello, se estableció la estrategia 90-90-90: que estén diagnosticados el 90 % de los casos, el 90 % con tratamiento antirretrovírico, y que tengan carga viral indetectable el 90 %. El primer país que lo logró fue Suecia. Aquí, del primer objetivo estamos en el 82 %; los otros dos los mejoramos», explica Antonio Antela, especialista de enfermedades infecciosas del CHUS que trata este problema de salud.

En el Clínico hay «casi 900 personas infectadas de VIH a seguimiento. Un 95 % tienen una carga viral indetectable, están asintomáticas. El otro 5 % son personas diagnosticadas y a tratamiento desde hace poco tiempo, que aún no han tenido tiempo de conseguir esa situación; pacientes de larga evolución, con el virus muy resistente, pero que se mantienen bastante bien, y un pequeño número que no siguen el tratamiento correcto y desarrollan más complicaciones», explica.

Se detectan unos 70 casos nuevos al año de personas infectadas con el VIH: «El número se ha reducido muy ligeramente los dos últimos años. El reto más importante desde el punto de vista epidemiológico es reducir el diagnóstico tardío y los casos ocultos. Es decir, detectar a todas las personas con infección por VIH para rebajar el número de nuevos casos y controlar la epidemia. Porque aunque se ha mejorado, el diagnóstico de nuevos casos con VIH es todavía elevado, inaceptable», enfatiza Antela.

Infección oculta

La tasa de diagnóstico tardío «sigue en el 46 %. Es decir, casi la mitad de los pacientes se diagnostican cuando ya tiene inmunodepresión avanzada. Hay una tasa de infección oculta, de personas infectadas que no lo saben, de un 18 %. También ha mejorado, porque llegó a ser del 30 %; pero aún así supone que casi la quinta parte de las personas que están infectadas no lo saben».

Quienes no se hacen la prueba del sida, revela, «suelen ser varones, de más de 50 años, que han adquirido la infección por vía heterosexual y no tienen percepción de riesgo, creen que no pertenecen a un colectivo vulnerable, cuando todos podemos infectarnos. Las prácticas de riesgo son sobre todo mantener relaciones sexuales no protegidas».

Se ha demostrado que la mejor manera de contener la epidemia es «el diagnóstico precoz y el tratamiento antirretrovírico universal a todas las personas desde ese momento», indica.

Antonio Antela recuerda el estudio internacional Partner, de parejas con un miembro seropositivo bien tratado y el otro seronegativo: «Se siguieron más de 3.500 parejas durante más de tres años, 23 de ellas tratadas en el CHUS. Se contabilizaron más de 70.000 actos sexuales y no hubo ninguna transmisión. El tratamiento correcto de las personas infectadas va a reducir más la transmisión del VIH y es en lo que más debemos incidir».

La introducción de fármacos genéricos desde hace dos años ha reducido el precio del tratamiento: «La prescripción que hacemos ahora es sencilla, fácil de tomar, en la mayoría de los casos un solo comprimido al día, bien tolerado y con muy elevada eficacia. Ahora estos pacientes pierden más años de vida por fumar que por la infección de VIH». Y el tratamiento universal de la hepatitis C también ha beneficiado a pacientes con VIH. Aunque, a pesar de los avances, «suponen el 70 % del trabajo de enfermedades infecciosas, porque atendemos a más pacientes y ensayamos más terapias nuevas».