Llegada con loas para los caminantes noveles

La Voz

BARBANZA

Los cinco niños que realizaron el Camino promovido por Senda XXI recibieron sus medallas en el Obradoiro

16 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los más de cien aventureros que culminaron el particular Camino diseñado por Senda XXI entrando, tras atravesar la calle del Franco, en la emblemática plaza del Obradoiro pusieron, de forma conjunta, el broche dorado a una iniciativa que había arrancado el pasado mes de marzo; pero fueron cinco de ellos los que, a las puertas de la catedral compostelana, se llevaron los honores propios de cualquier hazaña que se precie. Las hermanas Sandra y Saray Calo Piñeiro, Iván Ares Sánchez, Óscar Mayo Maroñas y Pablo Villaverde Tubío acapararon el protagonismo en el final de la travesía. Son los pequeños caminantes que lograron culminar el reto. Recibieron, a modo de recompensa, unas medallas diseñadas para la ocasión por la artista ribeirense Eva Callón.

Ellos no fueron los únicos que se llevaron un recuerdo de la feliz experiencia a casa. Senda XXI se guardaba una sorpresa para el final, el sorteo de unos trofeos en los que se reproducían algunos de los atractivos turísticos que los caminantes se encontraron en su largo recorrido entre Corrubedo y Santiago. Francisco Pérez se fue con una escultura de la Pedra da Ra, la Ponte da Misarela pobrense recayó en el pequeño Óscar Mayo y Carlos Moraña se hizo con la capilla de San Ramón de Bealo. La imagen del Pozo do Bastón le fue entregada, a modo de reconocimiento, a Mariano Saborido, un entregado caminante de Taragoña.

Relojes para los veteranos

Después del esfuerzo de la última etapa y de la ilusión derrochada en la plaza del Obradoiro, la expedición disfrutó de una comida de confraternidad, que contó con la participación de 125 personas. Y a los postres llegaría aún el último toque de emoción. Los veteranos del grupo, Chelo y José Antonio, que durante todo el recorrido se encargaron del avituallamiento, fueron agasajados con sendos relojes personalizados una foto enmarcada.

Aunque ahora toca descansar, seguro que Manoli Filgueira y sus colaboradores no tardan mucho en plantear un nuevo reto.