Cerca de cincuenta salas de fiesta reinaron durante los años de la movida barbanzana

Antonio Lijó

BARBANZA

12 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En la comarca germinaron durante décadas multitud de discotecas y Ribeira fue uno de los municipios donde se localizaron un mayor número, aunque no todas coincidieron en el tiempo. Empezando por Cambeiro y siguiendo por Tótem, Tuti Fruti, Samba, Claqué, Top, Hesta Kurva o la sala de baile de Coroso, en donde llegaron a actuar artistas de gran prestigio de los sesenta y setenta, como el Dúo Dinámico o Camilo Sesto, todas ellas tuvieron su momento de gloria, que una vez que pasó les obligó a cerrar sus puertas.

En Boiro también supieron prolongar la época dorada de la movida con un sinfín de negocios que coparon los sábados de marcha durante años. Suki, Dike, Disco 3, Tonos, Dogma, Frama, Scream... se fueron sucediendo en el tiempo y cambiando varias veces de nombre para intentar atraer a un mayor número de clientes. Asimismo, la noche noiesa brilló con luz propia de la mano de multitud de locales de música capitaneados por Kuskus (ahora Gymare), S20, Zona Sur, Mandingo (Caracol), Prismas, Tubos y Os Pasales. Precisamente, la inauguración de esta última marcó un antes y un después en su época, ya que eclipsó a todas las salas de baile que hasta entonces existían en la comarca muradana. De hecho, tras la puesta en marcha de la discoteca noiesa fueron echando el cierre las que había en O Pindo, Carnota, Louro, Esteiro, O Cruceiro, A Serra, Paxareiras y A Picota.

Rianxo, con Regata y Os Ánxeles (rebautizada como Bachata Rosa y luego Discópolis), y Porto do Son, con Aquarium, también se hicieron un hueco en las noches de movida, aunque su repercusión fue algo menor de la que hubo en otras zonas de la comarca barbanzana.