Cruzada contra la publicidad «móvil»

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez NOIA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Requerimientos y multas son las armas de los concellos para erradicar los carteles de oferta de servicios y productos en las calles

11 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La publicidad callejera es una de esas cuestiones tan arraigadas que a menudo pasan desapercibidas para los ciudadanos. Sin embargo, no es así para los concellos, que en los últimos años se han dotado de ordenanzas para regular este tipo de prácticas con el objetivo de ponerles coto. Requerimientos y sanciones son las armas de las que se valen las Administraciones para evitar que los carteles de «se vende» o en los que se publicitan servicios, cursos y actividades de distinto tipo copen fachadas, marquesinas y demás mobiliario público. No obstante, hay otras fórmulas menos extendidas, como la publicidad sobre ruedas, ante la que también se están tomando medidas desde los gobiernos locales.

En este concepto de propaganda «móvil» tienen cabida más posibilidades de las que cabría pensar. Una de las más socorridas es la de colocar carteles en las ventanillas de un coche con los datos necesarios para que cualquiera que esté interesado en comprarlo pueda contactar con el propietario. En este tipo de casos es difícil actuar, pero hay situaciones en las que el vendedor en cuestión lo que hace es dejar el vehículo aparcado en un lugar estratégico y esperar a que alguien llame. Esto es frecuente y, aunque la mayoría de las ordenanzas municipales no recogen específicamente estas situaciones, los concellos juegan la baza del abandono para intervenir.

En el caso de Ribeira, por ejemplo, existe una normativa que limita a un máximo de siete días el tiempo que un vehículo puede permanecer estacionado en el mismo sitio en la vía pública, y es la que se aplica cuando se detecta algún coche-anuncio.

Un par de meses

Lo mismo ocurre en Rianxo, donde desde hace un par de meses se encuentra estratégicamente situado en un cruce con una elevada densidad de tráfico un vehículo que está a la venta. Explica el alcalde que se enviará un requerimiento al propietario por abandono del turismo, como ya se ha hecho en otras ocasiones, ya que no existe un reglamento que ordene este tipo de publicidad.

De hecho, el regidor sostiene que habría que regular de algún modo tanto estos casos, como la instalación de vallas publicitarias al borde de las carreteras, por ejemplo. Muchos de los paneles existentes colisionan con la ley de tráfico al respecto, una normativa «moi restritiva», como apunta Adolfo Muíños para recordar que no se autorizó al Concello a colocar una señal en la autovía para indicar el desvío del polígono industrial de Te.

En Noia también se han efectuado requerimientos a través de la Policía Local por la presencia de coches con el cartel de «se vende» en la calle, porque «non está permitida a venda na vía pública», apuntó el alcalde, Santiago Freire, que además de explicar que está prohibido, añadía: «Estas prácticas xeran incomodidade e ocupan prazas dispoñibles para o estacionamento».

Afirmaba además que esta directriz rige tanto para particulares como para los propietarios de talleres, y añadió que ya se ha dado alguna situación conflictiva por este motivo: «Tampouco os negocios poden facer uso da vía pública para expoñer os vehículos de ocasión, deben buscar outras alternativas».

Otra modalidad

Los concellos actúan de manera similar con vehículos rotulados que sus dueños aparcan en puntos estratégicos para publicitar su negocio. En esta tesitura se han encontrando los titulares de establecimientos de venta de oro, que fueron denunciados por dejar el coche-anuncio estacionado en un mismo lugar durante días.

Por su parte, en Porto do Son se aprobó en el 2012 una completa ordenanza de policía y buen gobierno que recoge un amplio abanico de cuestiones, desde la instalación de terrazas al vandalismo, y que alude también a la venta ambulante en la vía pública y a la pegada y reparto de publicidad en la calle.

Los apercibimientos que se realizan desde las Administraciones locales van acompañados, si no se atienden, de sanciones, que parten de 50 euros y pueden alcanzar los 3.000 en caso de infracciones muy graves. Las multas son aplicables también a la pegada de anuncios en lugares no autorizados. A este respecto, el jefe de la Policía Local de Rianxo explicaba que es necesario contar con autorización para fijar carteles y que se va a intensificar el control de este tipo de prácticas en todas las parroquias.