El Concello acabó adquiriendo el edificio para salvarlo del derrumbe y convertirlo en museo
03 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Hoy es un museo que cobija tesoros relacionados con el pasado de Ribeira, pero no hace mucho tiempo, la popular casa de Doña Adela era un edificio que amenazaba con caerse en cualquier momento. Tal era la situación que, tal día como hoy del 2004, el entonces regidor local, José Luis Torres Colomer, firmaba un decreto por el que declaraba la casa en ruinas. Por aquel entonces, el bajo del inmueble todavía estaba ocupado, pero el Concello daba a los inquilinos tres días de plazo para presentar un informa de derribo del interior.
Este edificio protegido entró en su peor momento, puesto que la fachada tuvo que ser apuntalada para evitar posibles desprendimientos. La situación cambió a comienzos del año siguiente, cuando el gobierno local alcanzó un acuerdo con los dueños para comprar la vivienda, operación que tuvo un coste de 240.000 euros. Hubo que esperar seis años más para ver el inmueble convertido en el acto museo municipal.