Un centenar de personas celebraron el vigésimo aniversario de la puesta en marcha de Agal
24 oct 2017 . Actualizado a las 09:42 h.Veinte años han pasado desde que un grupo de gallegos enfermos de lupus decidieron fundar una asociación para hacer visible su problema. El domingo, con el fin de conmemorar dicha efeméride, un centenar de personas se dieron cita en el restaurante Chicolino. El objetivo era doble: festejar las dos décadas de vida de la Asociación Galega de Lupus (Agal) y recaudar fondos para que el colectivo pueda seguir trabajando.
Hasta el restaurante boirense se acercaron personas procedentes de diversos puntos de Galicia. La ribeirense Loli Caderno, presidenta de la sección compostela de la entidad, ejerció de anfitriona. Y es que ella y sus colaboradoras fueron las encargadas de organizar la comida, la primera con carácter solidario que lleva a cabo Agal. En su intervención, la barbanzana destacó la importancia de seguir haciendo visible la enfermedad: «Gracias a actos como este podemos hablar del lupus, darlo a conocer, tratar de normalizarlo y ayudar a las personas que lo padecen para que no se sientan solas ni raras». Caderno mandó un mensaje a todos los enfermos: «Con el lupus hay que aprender a vivir y cuanto más sepamos de él, mucho mejor».
Dos mil euros recaudados
El encuentro contó con la presencia de la presidenta de Agal, Nuria Carballeda, que se mostró gratamente sorprendida por la elevada afluencia de comensales. Dedicó buena parte de su intervención a explicar el destino del dinero que se recauda en este tipo de actividades, y que se emplea fundamentalmente en dos líneas de trabajo: información e investigación. En Boiro, el domingo, entre comida, fila cero y venta de rifas para el sorteo de la treintena de regalos donados para la ocasión por firmas de la zona, el colectivo logró ingresar unos dos mil euros.
Tanta la cifra de comensales como la cantidad de dinero recaudada animan a la asociación a pensar ya en repetir la experiencia. De hecho, Loli Caderno no dudaba ayer en comentar que la idea es instaurar una comida solidaria con carácter anual. A medio plazo, la ribeirense tiene la vista puesta en la próxima cita: un cocido por carnaval.