La toxina amenaza 1.860 empleos directos en la ría de Muros-Noia

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

El pósito tuvo que prescindir de más de medio centenar de personas contratadas

22 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La persistencia de la toxina en la ría de Muros-Noia tiene una repercusión directa en el empleo de 1.860 personas. No solo se ve amenazado el de los 1.600 mariscadores cuyos ingresos dependen de la actividad extractiva, también el de los 60 operarios a los que contrata la cofradía para cubrir las necesidades logísticas de una de las campañas más importantes de Galicia. Se trata de personal encargado de labores informáticas, básculas, carretillas o vigilancia. Debido al paro forzoso por la marea roja, los únicos que continúan trabajando, a parte del personal fijo de la entidad -una veintena de personas-, son los ocho guardapescas incorporados a mayores para reforzar el control de los bancos. El resto ha tenido que irse al paro.

A este grueso de profesionales inactivos desde hace tres semanas hay que sumar los bateeiros, cuya situación es peor. La marea roja forzó el cierre de los cuatro polígonos de la ría en agosto, y así siguen. En total, 127 estructuras de las que no puede sacarse molusco y unos 200 empleos directamente afectados.

En la cuerda floja

El mejillonero y patrón mayor Daniel Formoso señala que hay una media de dos personas contratadas por cada sociedad bateeira. Explica que no tiene constancia de que, por el momento, se haya prescindido de personal, pero recalca que si el cierre continúa, la situación para mantener los puestos se complica.

Además del impacto a nivel laboral, la repercusión económica es muy elevada. A estas alturas, las pérdidas para el sector marisquero superan los tres millones de euros. El problema no radica solo en el dinero que los profesionales dejan de ingresar, sino también en la incertidumbre que existe porque esta es la época fuerte de la compra de berberecho por parte de las industrias y se desconoce si el nivel de ventas se verá afectado o si se reducirán los precios.

En el caso de los bateeiros, todavía no hay cifras, pero el sector teme los desprendimientos de molusco que puedan producirse y que la calidad del bivalvo se vea mermada.