Lilian Grigorian: «Con células neonatales conseguimos rejuvenecer el corazón en animales»

Joel Gómez SANTIAGO/LA VOZ

BARBANZA

Sandra Alonso

La cardióloga buscará la aplicación en pacientes de los estudios que realizó en Estados Unidos

18 oct 2017 . Actualizado a las 05:15 h.

Se considera «compostelana total» tras pasar más de dos décadas en la ciudad. Después, Lilian Grigorian, natural de Armenia, se desplazó al Cedars Sinai Medical Center de Los Ángeles, donde durante tres años investigó en el campo de las terapias regenerativas, en el grupo de Eduardo Marban, pionero de este área. Ahora regresa para incorporarse al hospital Gregorio Marañón de Madrid y avanzar en buscar la aplicación de sus recientes estudios en pacientes. Hoy vuelve al Clínico, donde hablará de su reciente experiencia: «mi estancia en Santiago, con el grupo de González Juanatey, fue muy positiva y decisiva en mi formación profesional, nunca perdí el contacto», explica.

En Los Ángeles se dedicó a la investigación básica: «Los resultados de los experimentos confirmaron las hipótesis iniciales. Además descubrimos muchos efectos más allá del corazón. Trabajaba con roedores, y comprobamos cómo con células progenitoras procedentes de un corazón neonatal se consigue rejuvenecer el corazón anciano en esos animales, y otras mejorías como la capacidad de ejercicio. Tratábamos un corazón anciano con mal funcionamiento y éramos capaces de rejuvenecerlo, corregir su disfunción, con beneficios además en el músculo esquelético, en el riñón, incluso en el crecimiento del cabello. Pudimos ver que estábamos frente al rejuvenecimiento global del organismo», comenta.

Las células madre, las células progenitoras o productos derivados de ellas forman parte de las llamadas terapias biológicas «muy complejas por la multitud de efectos inducidos, por tanto son muchos los factores que se deben conocer y controlar para alcanzar el efecto deseado en personas. Mi idea es mantener la colaboración con Los Ángeles y progresar aquí en esa línea de trabajo, primero con animales más grandes, y si se mantienen los buenos resultados pensar más adelante en un ensayo clínico en pacientes», agrega.

Lilian sostiene que «el envejecimiento es básicamente un proceso global que afecta a múltiples órganos y favorece su disfunción. Es así porque aumentan las células viejas en los tejidos; y esas células, además de no trabajar correctamente, tienen efectos negativos sobre otras próximas. De ese modo, cada vez hay un mayor número de células que dejan de funcionar correctamente, y eso se traduce en un corazón, un pulmón, un riñón, un cerebro y/o un hígado que no actúan de forma adecuada. Las células neonatales son el prototipo de células más jóvenes que hoy se pueden aplicar, pues proceden de un ser recién nacido y quizá son las más apropiadas para frenar el envejecimiento o inducir el rejuvenecimiento».

Hasta diez años menos

Si se confirmase la traducción de los resultados obtenidos en roedores para pacientes «el equivalente sería conseguir un rejuvenecimiento de cinco a diez años en una persona de 65-70 años en mejora de su capacidad de ejercicio y corrección de la disfunción cardíaca, lo que no es poco».

El objetivo es avanzar en el tratamiento de las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, que aumentan por el crecimiento de la población anciana. Y «específicamente, mejorar el pronóstico de la insuficiencia cardíaca con función sistólica preservada, que es muy prevalente y tiene elevada mortalidad, pues fallecen un 50 % aproximadamente de quienes la sufren a los 5 años, y no tenemos de momento ningún tratamiento completamente eficaz. Buscar posibles tratamientos para este tipo de disfunción cardíaca tan relacionada con el envejecimiento de las personas es muy relevante», enfatiza Lilian Grigorian.