Pienso, luego estorbo

Estevo Silva Piñeiro SOSPECHOSO HABITUAL

BARBANZA

16 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Bajo este lema, un grupo de profesores de centros de Galicia se han unido en los últimos meses para intentar recuperar la asignatura de filosofía como obligatoria en segundo de bachillerato. Es posible que alguno de ustedes tengan algún tipo de animadversión heredada en las aulas por la asignatura de filosofía, pero piensen una cosa: ¿Cuándo ha sido la última vez que ha usado en la vida real un polinomio, una raíz cuadrada o una ecuación?

Seguramente y, salvo que trabaje en un campo relacionado directamente con la matemática, muy pocas veces en toda su existencia, al menos de forma práctica, y posiblemente mucho menos de lo que usamos conceptos filosóficos siendo o no conscientes.

Ruego a la gente de ciencias que no se ofenda por este ejemplo que únicamente busca la comparación de las dos grandes corrientes de la antigüedad y de cómo el establishment, en este caso en forma de Ley Wert -ministro de infausto recuerdo e infame presente-, intenta tirar por la borda del paquete educativo correspondiente a los futuros cerebros del país.

Relegar la filosofía de las aulas es avivar la llama de la hoguera en la que arden las humanidades, ya de por sí bastante quemadas, por un sistema educativo que más que nunca busca formar herramientas de trabajo sumisas en lugar de mentes inquietas que se cuestionen los dogmas impuestos por los poderes de turno. Cualquier malpensado diría que a este ejecutivo le preocupa la posibilidad de que la gente se pare a pensar un instante: Quienes somos, de dónde venimos y sobre todo ¿hacia dónde vamos?

Suspiren.