El agua perdida por ríos y embalses permitiría abastecer 75.000 hogares al día

BARBANZA

alvite

La escasez es ya evidente en las fuentes y manantiales que surten las traídas de decenas de núcleos barbanzanos

14 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La sequía afecta de manera importante a la comarca. En el último mes, tanto los embalses situados en terrenos barbanzanos como los ríos que transcurren por la zona han visto como su volumen de agua se reducía en más de 10 hectómetros cúbicos. Esta cantidad, que debido a su enorme magnitud cuesta imaginar, serviría, por ejemplo, para cubrir las necesidades diarias de más de 75.000 hogares.

Pantanos como el Barrié de la Maza están al 15 % de su capacidad, con tan solo 5 hectómetros cúbicos de agua embalsada, la mitad que hace justamente un año. Situación similar a la que registra el de Santa Uxía, en tierras mazaricanas, que alcanza los 9 hectómetros, la cantidad más baja de la última década.

Igual de preocupante es el estado de los ríos a su paso por la comarca. Tanto el Tambre como el Xallas arrojan caudales mínimos anuales en el último mes. Especialmente llamativo resulta el estado que presenta el cauce mazaricano, que registra un torrente de agua de 2,4 metros cúbicos por segundo, ocho veces menos que hace mes y medio, cuando la cantidad sobrepasaba los 19.

Los últimos datos

De la gravedad de la situación dan buena cuenta los últimos datos publicados por el Ministerio de Medio Ambiente, de los que se extrae que cada hora se reduce en quince millones de litros el volumen de agua embalsada en la comarca. Una situación que también refleja el estado de las fuentes y manantiales de los que se surten miles de barbanzanos, cuya única fuente de abastecimiento de agua son traídas vecinales.

Es el caso de más de medio centenar de núcleos mazaricanos en los que no existe red municipal de suministro y de pobladas parroquias sonenses como Caamaño y Xuño.

Jugándose el tipo por el líquido elemento

Nadie quiere dar su nombre y mucho menos salir en las fotos. Saben que lo que hacen, por mucha que sea la necesidad, está prohibido y que se arriesgan a importantes sanciones económicas en el caso de que los pillen. Por no hablar de las consideraciones higiénico-sanitarias que derivan del hecho de no disponer de análisis periódicos que garanticen la total salubridad del agua. Es la situación desesperada en la que se encuentran docenas de ganaderos de la comarca que, debido a la sequía, se ven obligados a cargar con sus cisternas en ríos y embalses con el único fin de garantizar el abastecimiento a sus animales.

«De momento só cargamos para que beban as vacas, pero ao ritmo que vai non tardaremos tamén en ter que facelo para as casas porque as fontes van a menos e os pozos están practicamente secos», apunta un vecino de la parroquia de Antes que reconoce no solo haber cargado cisternas en algunos regatos próximos a su aldea, sino incluso en el mismo embalse de A Fervenza. «Ou iso ou deixar morrer as vacas de sede», señala tajante.

Situación parecida sufren otros ganaderos de Maroñas o Eirón que, a pesar de gastar miles de euros en la construcción de pozos artesanos, ven como el agua se achica a un ritmo preocupante. «Como non empece a chover e abran as fontes ?al parecer son necesarias las tormentas para que esto suceda, según apuntan los propios afectados? a situación pode ser dramática porque unha granxa consume moita auga diariamente», explica un productor lácteo que no oculta su temor por el hecho de tener que cargar directamente del río: «Ata o de agora non houbo problemas, pero a calidade da auga dos regatos non sempre é tan boa como debera. Andamos con moito coidado porque pode ser peor o remedio que a enfermidade».

Se calcula que el consumo de una granja media de 60 reses sobrepasa los 5.000 litros diarios. A las necesidades de los animales ?tres litros de agua por cada uno de leche que producen? se suman las importantes cantidades que deben destinarse a la limpieza diaria de las instalaciones.